- El ministro israelí de Exteriores, Yair Lapid, aseguró ayer que un proceso de paz con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) es “inviable por ambos lados” en estos momentos, aunque se declaró un “firme creyente” en la solución de los dos Estados y no descartó volver a la mesa de negociación si las circunstancias cambian.

“No es realista hablar de negociaciones de paz en las actuales circunstancias, y no solo a este lado de la frontera”, subrayó Lapid en una rueda de prensa en Jerusalén con medios extranjeros, tres días después de que se celebrara la primera reunión de alto nivel entre dirigentes de Israel y Palestina en más de una década. Lapid, artífice del nuevo gobierno israelí que desbancó del poder a Benjamín Netanyahu, logró configurar una amplia coalición de partidos de todo el arco ideológico bajo la premisa de centrarse en asuntos domésticos y dejar de lado los temas conflictivos que les dividen, como es fundamentalmente la cuestión palestina.

De hecho, su socio de gobierno y actual primer ministro, el ultraderechista Naftali Benet, es un exlíder colono y abiertamente contrario a la creación de un estado palestino. Lapid, que asumirá en agosto de 2023 la jefatura rotatoria del gobierno, tiene un perfil más centrista y apoya dos Estados, aunque no cree que sea una “solución factible a corto plazo”. “No podemos esperar grandes avances con los palestinos. Este es un gobierno centrado en temas domésticos, como la economía o la pandemia, pero también en sanar el país después de tantos años viviendo entre odio y división”, indicó Lapid sobre los doce años consecutivos de gobierno de Netanyahu, que suspendió las negociaciones de paz con los palestinos en 2014. “Pero si después de todo eso, la situación es adecuada para volver a la mesa de negociación lo haremos”, matizó Lapid, aunque la prioridad ahora es “mejorar la vida de los palestinos y mantener la estabilidad”.

También se refirió a las dificultades del lado palestino en la actualidad para impulsar un proceso de paz, ya que el actual presidente Mahmud Abás, de 85 años, no goza de un amplio respaldo popular, acorralado por escándalos de corrupción en el seno de la ANP y por un insólito movimiento de protestas en los territorios palestinos pidiendo su dimisión. “No ha habido elecciones allí desde 2006 y todo depende de un hombre que tiene ya 85 años”, indicó.