Pekín - Los primeros datos publicados sobre las circunstancias en que se produjeron el miércoles dos explosiones en una terminal de contenedores de Tianjin (norte de China) revelan graves irregularidades y opacidad en las operaciones de la compañía.

Tras el accidente, que causó 56 muertos (21 de ellos bomberos), más de 700 heridos (casi 60 en estado grave) y un número indeterminado de desaparecidos, hay más incógnitas que certezas sobre lo sucedido, aunque lo publicado no dibuja un escenario favorable ni para la empresa ni para el Gobierno. El primer misterio sin resolver es qué albergaba la terminal de contenedores en el puerto, propiedad de Tianjin Dongjiang Port Ruihai International Logistics y con un perímetro de 46.000 metros cuadrados, según la web de la compañía.

Gao Huaiyou, subdirector de seguridad laboral de Tianjin, dijo ayer en una rueda de prensa que “los peligrosos productos químicos que explotaron en la terminal de contenedores no pueden ser identificados aún”. Ello no es posible, explicó, por los daños ocurridos en las oficinas de la compañía, pero también por “discrepancias mayores entre la documentación de la empresa y los registros de los clientes”, sin entrar en más detalles.

Mientras la policía china apunta a que se almacenaba sobre todo nitrato de amonio, nitrato de potasio y carburo de calcio, en los papeles de la empresa también aparece diisocianato de tolueno, altamente tóxico, según el portal The Paper.

carburo de calcio La organización ecologista Greenpeace señaló ayer en un comunicado que el carburo de calcio, entre otros elementos, puede reaccionar violentamente si se mezcla con agua. Esa es, de momento, una de las hipótesis para explicar las explosiones, que ocurrieron en una zona nueva del puerto de Tianjin después de que los bomberos acudiesen a apagar un incendio previo.

Uno de los que entró en el almacén afirmó ayer a la revista Caijing que nadie les informó de que “había productos que podrían explotar ante el contacto con agua”.