Una dieta sana y equilibrada es la clave para mantenernos sanos, y este es el plan que ha de llevar también una persona diabética. Además, sería conveniente combinarlo con ejercicio físico para completar una rutina que les mantendrá en plena forma tanto por dentro como por fuera, ya que seguir una tabla con una alimentación saludable y estar activos les ayudará a mantener su nivel de glucosa en la sangre, la presión arterial y el colesterol dentro de los valores deseados. Igualmente, le ayudará a mantenerse en un peso saludable, y a sentirse bien y con más energía. Para controlar el nivel de azúcar hay que equilibrar lo que se come y se bebe con alimentos limpios y los fármacos recetados por el médico. Qué comer, la cantidad y cuándo es muy importante. Todo requiere un cambio de hábitos y mucha fuerza de voluntad. 

Los inicios siempre son difíciles y están llenos de incertidumbre. ¿Qué se puede comer? ¿Se pueden ingerir todo tipo de alimentos? ¿Qué pasa si se comen dulces? Todas estas preguntas y muchas otras rondan en la cabeza de una persona diabética recién diagnosticada. Lo cierto es que se puede comer variado, pero en porciones más pequeñas y con menor frecuencia podrá comer aquello que tanto le gusta. El médico le dará las pautas necesarias, pero se aconsejan los siguientes alimentos que contengan estos dos tipos de fuentes:

RECOMENDACIONES NUTRICIONALES

  1. Se aconseja comer varias veces al día, puesto que es muy importante empezar el día con un desayuno saludable y que aporte la energía necesaria para afrontar el día.
  2. Restringir los azúcares de absorción rápida tales como los zumos de fruta, dulces, repostería…
  3. Consumir alimentos con hidratos de carbono de absorción lenta, ya que producen una elevación más suave de la glucosa en sangre. Entre estos carbohidratos encontramos las legumbres, pasta, patatas… También es recomendable consumir alimentos ricos en fibra como las verduras. 
  4. Reducir las grasas y limitar los alimentos de origen animal. Es importante apuntar que una dieta con alto contenido de grasas puede aumentar el riesgo de una enfermedad cardíaca. Lo primordial es encontrar un equilibrio, ya que una pequeña cantidad de grasas en cada comida hace que sea más sabrosa y ayuda a controlar el hambre. Elegir grasas monoinsaturadas, como el aceite de oliva y el aguacate.
  5. También evitar un consumo excesivo de huevos, aunque las claras contienen un alto nivel proteico, pero hay que ingerirlas de manera esporádica.
  6. Hay que tener en cuenta el tipo de bebidas que se ingieren y si son azucaradas. Además, el consumo de alcohol debe ser moderado.
  7. Evitar cocinar con mantequilla o aceite de girasol, puesto que es preferible utilizar aceite de oliva, porque es más limpio y saludable. 



Hidratos de carbono para lograr energía

Los hidratos de carbono están llenos de energía. Siempre se ha dicho que son los que más influyen sobre los valores de glucemia después de las comidas, pero hay que tomar una cantidad pequeña, pesándolos incluso con la ayuda de una báscula de cocina para controlar el límite máximo que se puede ingerir, puesto que una cantidad excesiva puede aumentar los niveles de glucosa en sangre. Dentro de los hidratos de carbono hay que diferenciar los tres tipos de carbohidratos que son los almidones (patata, guisantes, avena, arroz…); el azúcar (los naturales que se obtienen de la fruta, o los agregados que se logran en los alimentos), y la fibra (nueces, fideos, cereales, almendras…). De todos ellos hay que controlar la cantidad que hay que comer. 

Las proteínas

Los alimentos con proteínas son idóneos por su bajo contenido calórico y grasas saturadas. Aquí se encuentran las legumbres, los guisantes y las menestras secas, y se recomienda ingerir estos productos varias veces a la semana. Para ello, se pueden cocinar lentejas, judías… Todo lo que una persona no diabética puede comer en un día cualquiera. Dentro de este grupo también se incluyen los pescados como el atún, el salmón y las sardinas, e incluso se recomienda comer también marisco. En cuanto a la carne es preferible el consumo de pollo y pavo sin piel, y si se quiere comer carne roja sería mejor que fuese al corte y sin procesar. Los alimentos como las claras de huevos y el tofu también son grandes fuentes de proteínas.