Hay un concepto básico en el yoga, y es que le permite a uno ser dueño de las circunstancias, en vez de su esclavo. "El yoga está hecho exactamente para aquella persona que lo practica". "El yoga transforma. Cambia la manera en la que vemos las cosas y a la persona que observa". “El yoga es como la música: el ritmo del cuerpo, la melodía de la mente y la armonía del alma crean la sinfonía de la vida”. Si todos practicásemos yoga, los hospitales y farmacias cerrarían”. Las citas corresponden a uno de los padres del yoga en el siglo XX, el gurú BKS Iyengar, inventor de la disciplina que lleva su nombre y uno de sus impulsores más conocidos en el mundo. 

Murió en 2014, a los 94 años de edad. Otro de sus lemas y que encabeza su página web oficial, bksiyengar.com, es “vive felizmente y muere majestuosamente”, una original vuelta de tuerca a la conocida expresión latina ‘carpe diem’. ¿En qué consisten las enseñanzas de este hombre de cejas pobladas y pelo largo que tuvo, entre otros aventajados alumnos, al escritor Aldous Huxley, el violinista Yehudi Menuhin y el filósofo J. Krishnamurti? A continuación, resumimos las asanas (posturas del yoga), las enseñanzas, la historia, las características, la influencia y todas las cuestiones asociadas a la disciplina. 

Mantener la postura es una de las principales dificultades de esta disciplina.

  1. “El yoga me salvó la vida. Comencé a practicarlo para mejorar mi salud, y después se convirtió en mi misión”. Recuperamos otra de las frases de Iyengar para hacer hincapié en sus cualidades terapéuticas y curativas. Sus defensores estiman que una práctica regular y constante mejora la postura corporal, tonifica el cuerpo, aumenta la flexibilidad, reduce el estrés y la ansiedad y calma los dolores de espalda.
  2. En Pune, La India, abrió su propio instituto el 19 de enero de 1975 y está dedicado a su mujer Ramamani Iyengar. A día de hoy, el centro lo llevan sus hijos y descendientes (especialmente, Geeta y Prashant) y cuenta con decenas de sedes oficiales, distinguidas con su pertinente sello y repartidas por todo el mundo. Entre nosotros, el centro Iyengar de Santutxu, en Bilbao, lleva impartiendo las enseñanzas del gurú indio desde 1998. 
  3. Este método, según describen desde la sede bilbaína, pone el énfasis en “la práctica de asanas y pranayama (respiración) como medio para alcanzar los estadios más elevados del yoga”. La variante se caracteriza “por la intensidad y esfuerzo mental con los que hay que realizar todas las acciones en las posturas y técnicas de la respiración, que, practicados así, proporcionan fuerza, resistencia, flexibilidad, equilibrio y calma en el sistema nervioso”.
  4. Dirigido a todo tipo de personas, independientemente de su edad y capacidades físicas, Iyengar lo practicó hasta el final de sus días. Cuentan que con más 80 años era capaz de dedicarle cinco horas a los diferentes estadios del yoga. “Es un espejo para mirarnos a nosotros mismos desde el interior”, sostuvo.
  5. Sus promotores aseguran que estamos ante “una forma de vida” que llevaría al practicante a “experimentar el yoga en toda su dimensión”. Accesible y de carácter didáctico, se diferenciaría de otras especialidades en que se ajusta fácilmente a cada alumno para una adecuada respiración y la correcta ejecución de las asanas o posturas.  
  6. Exacto, preciso y adaptable. Estas son las palabras con las que se suele asociar el Iyengar yoga. De ahí que sea una práctica popular entre embarazadas, personas poco flexibles, principiantes… Casi cualquiera que tenga interés puede animarse. Se adecúa a las necesidades de las personas.
  7. Su práctica no está tan lejos del popular dicho en latín, ‘mens sana in corpore sano’. El propio fundador relacionaba un aspecto con el otro: “La paz en el cuerpo otorga el equilibrio a la mente”. 
  8. Cuando a BKS Iyengar le echaron en cara que la explosión del yoga en el mundo había terminado con su aspecto más espiritual y primigenio, el maestro de origen indio no se cortó un pelo: “Todo depende del estado mental del que practica cuando está haciendo yoga”. Capaz de sostener su cabeza en el suelo en la postura del pino durante horas, el maestro no era de los que se mordía la lengua.  
  9. El sabio y precursor Patanjali es responsable de 196 aforismos escuetos recopilados en el siglo V a. de Cristo. Iyengar fue capaz de ampliar estos conocimientos y hacerlos comprensibles en la época contemporánea añadiendo nuevas enseñanzas y otros caminos para la práctica del yoga.  
  10. Sus libros son referentes absolutos. El padre del yoga moderno publicó en 1966 ‘Luz sobre el yoga’, traducido a cerca de una veintena de idiomas y que contribuyó a que la disciplina se pusiera de moda en todo el mundo. Los Beatles popularizaron el yoga y la meditación, sobre todo a partir de su viaje a la India en 1968. Pero esta es otra historia.