bilbao. El fútbol, utilizado por su condición de deporte y sus consecuentes exenciones fiscales, inyectado su negocio por leyes como la de Bosman o Beckham, impulsoras del movimiento en el mercado, no ha venido encontrando trabas económicas hasta dibujarse una especie de paraíso fiscal apto para depredadores a quienes poco importa si la pelota es redonda o cuadrada. Pero la trascendencia del fútbol en la sociedad es innegable, porque lo son los 3.000 millones de euros anuales que se mueven dentro de su atmósfera a nivel europeo, donde la crisis sigue ahondando las heridas de la pobreza. ¿Se generan? La deuda crece.

La Unión Europea, emisora de tal dato, ha dicho basta a este edén que no ha visto frenos más que el moho de las deudas para las que se buscan asunción de responsabilidades que nunca llegaban. Es la hora. Lo del caprichoso fútbol, sus cheques blancos, ahora sí, se va acabar.

La Comisión Europea, en un intento de tomar las riendas del caballo desbocado de la galopante crisis, ha hecho saber al Gobierno español que viene desde tiempo atrás investigando el particular caso de su Liga, donde se podrían estar violando los principios de competencia con ayudas públicas e impagos de impuestos sociales. La llamada de atención no es solo eso. Pretende ser el punto de partida del saneamiento de la deuda contraída por este deporte, donde los apartados de gastos en los balances de cuentas desbordan a los ingresos. Ayudas -en forma de concesiones extraordinarias, créditos bancarios, recalificaciones, subvenciones...- por parte de todas las administraciones públicas y dirigidas incluso a las entidades más ricas, liberadas, según ha hecho saber el Comisionado, de las exigencias con Hacienda o la Seguridad Social, lo cual resulta incomprensible en el marco económico actual y concibiendo el fútbol como negocio en lugar de como un deporte, porque ¿cuánto tiene de cada? Para la Comisión el martillo pilón del agujero es evidente.

Las respuestas a la llamada del Comisionado no se pueden hacer esperar. Es momento para la acción inmediata, pues ahora se recaban datos sobre las administraciones correspondientes -a quienes se cuestionará si han colaborado con ayudas públicas ilegales o fuera del marco legal europeo-, como clama esta afirmación de la entidad: "La Comisión está analizando esa información". La finalidad es frenar la hemorragia económica, cerrar la herida y pasar la factura a quienes han agravado el problema, porque, en definitiva, los clubes "no pueden recibir un trato diferente del de otros agentes económicos". Lo que ha venido siendo, como apunta la Unión Europea, la panacea para la supervivencia, crecimiento y explotación del negocio del cuero.

El fútbol español ha crecido de la mano de la burbuja inmobiliaria que, en casos concretos, ha tenido incidencia directa sobre los clubes, como se puede observar en la crítica situación de varias entidades de la costa levantina que, sin embargo, habían realizado en los últimos años inversiones que no se correspondían con su masa social. Otro ejemplo flagrante es el de los multiplicados y faraónicos campos de fútbol.

En la depuración que se pretende, la finalidad es tratar de obligar a la devolución de todas esas ayudas concedidas de manera ilegal. Para ello la Unión Europea reclamará la colaboración del Gobierno español, acusado por su supuesta complacencia.

Concediendo seriedad a la alerta, la Comisión ha fijado su punto de mira en cinco clubes holandeses (NEC, MVV, Willem II, Den Bosch y PSV) por presuntamente percibir ayudas públicas ilegales -a menudo transacciones inmobiliarias-. Son los primeros nombres propios de una abultada lista, y es que, como dijo Joaquín Almunia, vicepresidente y comisario europeo de Competencia, las entidades "no deberían pedir ayuda a los contribuyentes ante las dificultades financieras. Si aún así se les da respaldo financiero, debe garantizarse que cumplan con las reglas de ayuda del Estado para empresas en dificultades; en el caso de los cinco clubes holandeses, hay dudas". No hay escapatoria; toca pasar por caja. Pero, ¿hay futuro para todos?