El sector de la construcción se encuentra en pleno proceso de transformación. Los trabajos tradicionales están dejando paso a los automatizados. Este cambio está llevando al auge de la construcción industrializada, un concepto que se define como un sistema de edificación que utiliza técnicas y procesos innovadoras, en el cual los componentes estructurales se fabrican seriarizados, se transportan a la ubicación final y allí se ensamblan. Es decir, en la construcción industrializada los procesos de diseño y de producción son automatizados.

Defensores de este modelo de construcción son Fernando Larraza, director de Precom y Gabire González, director de Goiketxe-Habia Modular, dos empresas vizcainas especializadas en el proceso constructivo bajo los parámetros de la industrialización. Ambos profesionales tomaron parte hace días en el Encuentro que DEIA organizó en sus instalaciones, una reunión donde se puso de manifiesto los beneficios de este nuevo sistema que está acaparando el interés del mercado. Los cargos directivos que ocupan en las empresas que representan ambos les hace ser conocedores de primera mano de las ventajas y beneficios que aporta hoy en día la construcción industrializa frente a la tradicional.

En palabras del director de Goiketxe-Habia Modular, la primera diferencia es que la construcción industrializada no parte de unos modelos estandarizados a la hora de construir una vivienda o un edificio, sino que el producto se personaliza según las necesidades del cliente. En su opinión, la construcción industrializada se puede definir como la estandarización de las soluciones constructivas, ahora bien -puntualiza-, el producto en sí no es una seriación cerrada. González añade aún más, “se puede hablar de un producto a la carta, lo que al mismo tiempo conlleva un alto valor arquitectónico a la hora de construir”.

Fernando Larraza ratifica las palabras de González y subraya que, si bien en una construcción de este tipo se puede hablar de un producto estandarizado, la diferencia es que está customizado a cada necesidad del cliente, así como a otros aspectos como el terreno sobre el que se construya, a las normativas vigentes?

Larraza no quiere pasar por alto la importancia de diferenciar un producto industrializado a uno prefabricado. A su juicio, cuando se habla de una construcción prefabricada existe un estigma de producto barato o subproducto. El proceso industrializado, afirma contundente, no sigue el mismo patrón.

Aunque para muchos todavía es un tema desconocido, los dos representantes del sector argumentan cómo en los últimos años, el auge del modelo de construcción industrializada ha experimentado un importante crecimiento, con un aumento considerable de la demanda.

Según apunta el director de Precom, el cliente cada vez está más concienciado de las benevolencias de este sistema a la hora de levantar una vivienda.

Ambos están de acuerdo en que el auge es real tanto en Euskadi como en Europa, al igual que la superioridad del producto final que se construye. “Nosotros no trabajamos a ciegas, partimos de un proyecto minucioso que nos permite saber todo de la obra, desde las características concretas de la vivienda que estamos construyendo hasta cómo se va a comportar energéticamente y los costos exactos que va a suponer, sin ningún tipo de variación al final de su desarrollo”.

Otra de las diferencias que argumentan ambos entre la construcción tradicional y la industrializada parte desde el mismo desarrollo del proyecto de ejecución. Así, en la construcción tradicional se parte de un proyecto básico, de un proyecto de ejecución y la obra. Por el contrario, el modelo de construcción industrializada es mucho más exhaustivo, y si bien también se inicia con un proyecto básico (que puede venir interno o externo), se completa con un proyecto de ejecución, posteriormente desarrollado en 3D para finalmente pasar a ejecutarlo.

Al igual que los cambios experimentados en el sector de la construcción, los dos expertos en la materia hacen incidencia en la evolución que se ha registrado en las herramientas que se utilizan hoy a la hora de realizar proyectos de construcción. En este apartado, los dos llamados al Encuentro de DEIA resaltan el valor de trabajar con la tecnología 3D, al permitir crear el modelo exacto de la edificación, reflejando en el mismo hasta el más mínimo detalle.

Aunque los dos directores están de acuerdo con los beneplácitos del nuevo concepto de construcción, las dos empresas que dirigen parten de principios diferentes. En el caso de Precom, la empresa está especializada en la construcción de edificios, chalets, caseríos y casas de madera. Según la filosofía de la empresa, la construcción de vivienda y edificios en madera aporta infinidad de ventajas en comparación con otros materiales. Entre ellas, Larraza señala no solo las soluciones estéticas y arquitectónicas, sino el bienestar que aporta a las personas que habitan en su interior, y que garantiza la sostenibilidad del medio ambiente.

Por su parte, el director de Goiketxe-Habia Modular explica la política de su empresa, la cual trabaja con diferentes tipos de materiales; ladrillo, acero y madera. A su juicio, estos tres materiales se complementan y cada uno de ellos aporta sus beneficios. González resalta la importancia de que exista colaboración entre los profesionales externos o diferentes gremios a la hora de construir. Recurrir a verdaderos expertos en cada apartado de la obra aporta un valor añadido que beneficia al producto final.

Ventajas Metidos en materia, los dos profesionales exponen las ventajas concretas de construir bajo los principios que rige la industrialización. La precisión es una de ellas, a la que Larraza añade otra muy importante y que consiste en la inexistencia de errores. El hecho de que todas las soluciones constructivas de los elementos que componen la vivienda estén definidos en planos de montaje y ensamblaje para taller y obra conlleva otra ventaja del nuevo modelo, que no exista ningún incremento en los costes durante el desarrollo de la obra. Como consecuencia de esta precisión tanto en el proyecto como en el desarrollo y ejecución de la obra, los plazos de entrega se ajustan a lo acordado entre cliente y constructor.

Larraza resume las ventajas expuestas hasta el momento de la siguiente manera: precio exacto, plazo concreto y mantenimiento de las calidades al minimizar todo tipo de errores. González se muestra de acuerdo con la clasificación realizada por el director de Precom y añade otro aspecto importante a su juicio, que no es otro que el poder conocer el comportamiento de la construcción de antemano. Esto quiere decir, explica González, conocer cómo va a funcionar la vivienda en otras áreas como, por ejemplo, la energética.

Respecto a la sostenibilidad de los procesos de construcción industrializada los dos convocados al Encuentro DEIA no lo pasan por alto pero si lo dan por supuesto.

Una vez enumeradas las ventajas, tanto el director de Precom como el de Goiketxe-Habia Modular ponen el punto de mira en otro aspecto que para ambos es clave, la profesionalización y capacitación de los trabajadores de la construcción.

Trabajar sobre planos, proyectos de ingeniería, saber interpretar las fichas técnicas, los proyectos y desarrollarlos en 3D son algunos de los pasos que hay que dar en el proceso de ejecución de una obra industrializada, fases todas ellas que requieren de conocimientos y formación por parte del equipo humano que desarrolla la obra, un aspecto que según Larraza, incide de nuevo en la importancia de la precisión.

El paralelismo lo identifica el director de Precom con la siguiente frase: nosotros montamos legos gigantes y esas piezas tienen que encajar a la perfección como nosotros lo hemos diseñado, si no, algo no va bien.

Para poder hacer correctamente este encaje de piezas la mano de obra tiene que estar formada y tiene que ser cualificada.

Conseguirlo está siendo todo un reto para el sector de la construcción, ya que hasta hace poco tiempo los trabajos se han hecho de manera seudo artesanal. Esta manera de trabajar no tiene cabida hoy en día, argumenta González. Si se quiere dar calidad en la construcción y ofrecer algo más, hay que caminar de la mano de la industrialización.

González avanza aún más en su percepción y argumenta que mientras que hasta hace bien poco el sector de la construcción tradicional fijaba su objetivo en la rentabilidad y la producción, ahora las obras y edificaciones buscan algo más que la simple construcción; estamos proyectando para producir calidad de la manera más económica y optimizada. Como en todo, la moda también marca tendencia a la hora de construir una vivienda. En este apartado, los dos convocados a la mesa de expertos definieron cuáles son las peticiones que hoy en día demanda el mercado. Según los reclamos que llegan hasta Precom, los clientes demandan cada vez más viviendas de fachadas ventiladas de madera. A grandes rasgos, se trata de revestir el edificio en madera, aunque solo sea la capa externa.

Pero la amplia especialización en madera de Precom le ha llevado a la empresa a recubrir con este material, incluso, la cubierta de un edificio.

La percepción de González en cuanto a las tendencias constructivas del momento se dirigen hacia un modelo que ya con anterioridad había despuntado en Iparralde, denominado de estilo neobasque, es decir, casas modernas con grandes ventanales donde prima la relación entre el interior y el exterior.

Los dos profesionales consideran la combinación entre aspectos tradicionales y modernos como la tendencia que impera en el mercado, donde conviven perfectamente los revestimientos de madera con el cristal, las aperturas y los espacios diáfanos donde se desarrollen varios usos.

La relación entre los espacios también cobra mucha importancia hoy en la vivienda. En este campo, los usuarios reclaman espacios multidisciplinares e interrelacionados.

materiales El apartado de materiales ha salido a la palestra en varias ocasiones durante el encuentro. En el caso de Precom, la elección es clara, ya que la madera es el soporte con el que trabaja la empresa. Partiendo de la utilización de madera para la construcción de viviendas, Larraza lo tiene claro. La madera endémica del País Vasco ha sido el roble y el castaño. Precom ha sido testigo de la validez de la madera al llevar a cabo proyectos de rehabilitación de caseríos con estructura en roble con más de 300 años de vida.

Bien cierto es, apunta el director de la empresa, que hoy en día la madera está sometida a una serie de tratamientos que le permiten ser un material de construcción de primera, llegando a utilizarse incluso en construcciones ubicadas a nivel del mar. Además de los tratamientos, existen diferentes especies que abren un gran abanico en el sector de la construcción.

El máximo responsable de Precom saca a relucir otro miedo que siempre ha existido alrededor del uso de la madera como material de construcción y que no es otro que el fuego. Hoy en día este miedo está superado, ya que la madera se comporta mucho mejor que otros materiales frente al fuego. Larraza explica esta afirmación argumentando que la madera tiene un proceso de carbonización que le permite ir desgastándose poco a poco. A ello añade además que, independientemente de este razonamiento, todos los que trabajamos con estructuras de madera las calculamos para que aguanten el mayor tiempo posible a la quema de tal forma que las personas que habitan la vivienda tengan tiempo de salir en caso de incendio.

A todo lo expuesto hasta el momento, Larraza destaca el papel de la madera como el gran material aislante térmico que es.

Respecto al resto de materiales utilizados en construcción, el hormigón es un clásico, al que hoy en día se le une el acero. La actividad constructiva de Goiketxe-Habia Modular tiende a una combinación de los tres (madera, hormigón y acero), una combinación que, a juicio del director de la empresa, resulta muy beneficiosa para la actividad.

En el apartado de precios, los dos especialistas coinciden en afirmar que levantar una vivienda a través del modelo de construcción industrializada tiene unos costes muy competitivos. El abanico de precios es amplísimo, al igual que las opciones que tiene el cliente por decantarse de todas las soluciones constructivas que existen en el mercado.

González añade que las propias empresas nos ponemos un tope de precios mínimos; no nos interesa construir en base a un precio barato, ya que el cliente lo puede interpretar como una construcción de baja calidad y de pocas garantías. “Nosotros no construimos algo que creemos que pueda tener una mala vejez y por ello no ajustamos los precios ni en los materiales ni en cualquier otra fase del proyecto”. Lo que sí defienden ambos es la exactitud de los costes de la construcción industrializada, que ello a su vez puede repercutir en conseguir que el producto sea más económico.

Lo que cuesta una casa industrializada es lo mismo antes de comenzar la obra que una vez concluida, algo que no suele ocurrir con la construcción tradicional, donde el producto final tiende a tener un precio final de un 10 o 15% más que lo presupuestado en un principio.

El terreno, pilar de la edificación Uno de los pilares sobre los que parte un proyecto de una vivienda es el terreno sobre donde se va a construir.

Pese a que no es la materia exacta de la actividad de ambas empresas, sus directores apuntan que se trata de una decisión muy importante y por ello desde su ámbito de actuación asesoran a los clientes hacia una correcta decisión a la hora de edificar. En este apartado, el director de Goiketxe-Habia Modular añade cómo en Euskadi tenemos la gran suerte de contar con un mapa de suelos contaminados, lo que nos permite conocer de antemano si el terreno sobre el que se quiere construir está limpio o se debe procederse sobre él para descontaminarlo, con el consiguiente coste económico que supone ello.

Al hilo con el tema de la contaminación, Larraza pone el punto final al encuentro dejando constancia de que la construcción industrializada genera muy pocos residuos.