La economía vasca creció en 2021 un 5,5%, según Eustat, más de tres puntos por debajo de la previsión inicial debido, principalmente, a la subida de los precios y los problemas en la cadena de suministro. Después de la caída del 9,5% registrada en 2020, el año más duro de la pandemia, el Gobierno vasco había previsto que el año siguiente la economía creciera un 8,9%, una cifra que tuvo que corregir posteriormente hasta en dos ocasiones hasta dejarla en un 5,6%, apenas una décima por encima del dato que dio a conocer ayer lunes el Instituto Vasco de Estadística.

Ya en septiembre, el Gobierno vasco rebajó sus previsiones de crecimiento del PIB al 6,7% y en diciembre, al 5,6%. Finalmente se ha quedado en el 5,5%. A pesar de ello, el avance difundido ayer lunes por Eustat confirma el importante crecimiento que ha registrado el PIB tras el desplome del 9,5% provocado por la crisis sanitaria en 2020. El próximo 4 de marzo el instituto publicará el informe completo y definitivo sobre el comportamiento de la economía vasca en 2021. Asimismo, para este año la previsión del Ejecutivo vasco es que la economía crezca el 6,7%.

Los datos indican también una importante reactivación del empleo. El Gobierno vasco estimó en diciembre una tasa de paro en 2021 del 10 % y del 9,2% en 2022. El avance del Eustat no incluye el índice de la tasa de paro del pasado año pero informa del crecimiento del 5,2% del empleo, lo que confirma que la buena evolución económica también se traslada a los puestos de trabajo tras un año como el de 2020 en el que el empleo se retrotrajo un 8,1%. En el conjunto de 2021 fueron los sectores de la industria, el comercio, la hostelería y el transporte los que protagonizaron los mayores avances en su valor añadido en relación al año anterior.

Cuarto trimestre

Además del balance económico de todo el año, Eustat publicó ayer lunes el avance de las cuentas del cuarto trimestre. En el último ejercicio del año, el PIB aumentó un 4,5% en comparación con el mismo periodo de 2020 y el empleo subió un 4,3%. Esto demuestra la positiva evolución de la economía vasca a lo largo del año, que arrancó con un descenso del PIB del 2,9% en el primer trimestre, remontó en el segundo al obtener un crecimiento del 2,2% respecto al mismo periodo de 2020, subida que alcanzó el 3,9% en el tercer trimestre para cerrar el ejercicio con el 4,5%. En comparación con el tercer trimestre de 2021, en los últimos tres meses del año el PIB creció un 1,2% y el empleo un 0,8%.

Si la economía vasca no ha cumplido las previsiones iniciales ha sido por los problemas de suministros a la industria, el coste energético y el IPC que han ensombrecido la reactivación económica, junto con las nuevas olas de la pandemia. Según los datos, solamente el segundo trimestre del año registró un crecimiento por encima del 2%, con un 2,2%. Un empujón que luego se vio frenado en verano y otoño con incrementos inferiores, del 1% y del 1,2% cuando los problemas de la energía y las materias primas impactaron en la producción.

Previsiones

A nivel estatal, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha rebajado cuatro décimas sus previsiones de crecimiento tanto para 2021 como para 2022, hasta fijarlas en el 5,1% y en el 5,9%, respectivamente.

El impacto asociado al rebrote de la pandemia en diciembre, la crisis mundial de suministros y el retraso en los efectos económicos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia figuran entre los motivos que explican esta revisión a la baja, según precisó ayer la entidad en un comunicado.

Sus nuevas estimaciones suponen una actualización de las cifras incluidas en su Informe sobre los proyectos y líneas fundamentales de presupuestos de las Administraciones Públicas (AAPP), de finales de octubre, y recogen también una revisión al alza de sus cálculos sobre la inflación de cara a 2022, hasta el 2,4%.

De esta forma, las previsiones del organismo se alejan más de las del Gobierno, que auguran un crecimiento del 6,5% para 2021 y del 7% para 2022. La entidad también ha actualizado sus previsiones de déficit de las administraciones públicas, que apuntan ahora a que se situará en el 7 % del PIB al cierre del ejercicio 2021, tres décimas inferior al estimado en su última proyección, a principios de diciembre.