El salario mínimo interprofesional (SMI) representa aproximadamente dos tercios del sueldo medio de un trabajador extremeño y, en cambio, no llega ni siquiera a la mitad de lo que gana un asalariado vasco. Estas diferencias son más notables aún si se tiene en cuenta además el factor género, ya que la cuantía del SMI supone casi tres cuartas partes del sueldo medio de una mujer extremeña y apenas supera el 40% de lo que percibe un trabajador hombre en Euskadi.Igualmente se ensanchan las diferencias si se consideran junto al componente territorial las retribuciones por sectores, puesto que entonces el salario mínimo equivale a casi el 70% del sueldo medio de la construcción en Extremadura y no llega ni al 39% de lo que se cobra de media en la industria en la Comunidad de Madrid. Utilizando para el cálculo los datos del SMI actual -13.300 euros anuales para trabajadores con jornada legal completa, igual en todo el Estado- y la última Encuesta de Estructura Salarial publicada por el Instituto Nacional de Estadística -el 22 de junio pasado, aunque correspondiente a 2019- el salario mínimo representa el 54,52% del salario medio y el 71,93% del salario más frecuente.

En cifras absolutas, eso significa que un trabajador que perciba el SMI durante todo un año cobrará 11.096 euros menos de la media de los sueldos del Estado (24.396 euros), aunque solo 5.190 euros menos que el salario más frecuente (18.490 euros). Territorializada, esa diferencia respecto a la media asciende a 16.176 euros en Euskadi, 14.517 en Madrid o 14.193 en Nafarroa y, sin embargo, se queda en 6.640 euros en Extremadura, 7.561 en Canarias y 8.608 en Castilla-La Mancha.

La diferencia máxima teniendo en cuenta el factor género se da con la media de los trabajadores hombres en Euskadi, 19.229 euros, y la mínima con las mujeres con empleo en Extremadura, 4.712 euros. Y, considerando los sectores económicos, la distancia mayor del SMI es de 21.073 euros con el sueldo medio de la industria en Madrid y la menor es de 5.948 con la retribución de la construcción en Extremadura.

El debate

El pasado jueves el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, abogó por evaluar un cambio legislativo que permita aplicar salarios mínimos interprofesionales diferenciados por territorios, para adaptar este indicador a una "España diversa" como ya se hace en la negociación colectiva. Por el contrario, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, descartó de inmediato establecer un SMI territorial porque "tendría efectos devastadores en términos de unidad de mercado", es algo "por completo ajeno a la tradición jurídica y política" española y "tendría efectos devastadores en términos de unidad de mercado".

Este debate se produce en el momento, además, en que el Ministerio de Trabajo ha empezado la negociación para subir el salario mínimo tomando como punto de partida los 15 euros de media para 2021 que una comisión de expertos recomendó el pasado junio, aunque con margen para mover esa cifra en aras del acuerdo social. En concreto, los expertos apostaron por sumar este año entre 12 y 19 euros a los 950 euros brutos al mes actuales, una horquilla que Trabajo ve lo suficientemente amplia como para poder alcanzar un pacto.

Los sindicatos han opinado que los 15 euros son insuficientes, mientras que las patronales han insistido en su negativa a una subida este año porque entienden que hay que dar prioridad a la consolidación del empleo y la recuperación. La recomendación de la Unión Europea para todos los países de la zona euro es que el salario mínimo cubra el 60% del salario medio, ya que esa es la cifra que suele fijarse como el umbral del riesgo de pobreza.

De Manera "inmediata"

Al respecto, la vicepresidenta y Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, afirmó el viernes en Euskadi que van a escuchar a todo el mundo y a intentar alcanzar un acuerdo, pero añadió que es "difícilmente comprensible" no defender en la coyuntura actual una subida del SMI. Indicó, asimismo, que los empresarios tendrán que explicar por qué en la negociación de los convenios colectivos están asumiendo subidas salariales en una horquilla entre el 1,5 y el 1,8% y, en cambio, se oponen al alza del salario de los trabajadores con menos renta.

"Quién hoy dice que no toca subir el SMI tiene que explicar por qué está pactando mejores salarios para trabajadores en mejores condiciones", resumió la cara más visible de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez, quien recordó que el objetivo del Ejecutivo es subir el SMI de manera "inmediata". No obstante, rechazó hablar de un plazo concreto para aplicar esta medida. En este sentido, explicó que conoce "cómo funcionan" las mesas de trabajo y diálogo, y señaló que "la vocación del Gobierno es alcanzar un acuerdo".

La ministra de Trabajo ha convocado para el lunes una mesa de diálogo social. "Lo importante es el diálogo social, a mí me gustaría que este acabe con acuerdo, si no acaba con acuerdo o existe un acuerdo con una de la partes solo, bienvenido, pero lo más importante es que exista diálogo social", manifestó.