A la hora de comprar una vivienda nueva son muchos los factores que entran en juego (necesidades concretas, distribución, ubicación… pero entre todos ellos, la calidad de los acabados tiene gran peso para decidir la venta.

Según algunos estudios llevados a cabo, se pueden distinguir tres perfiles principales entre los posibles compradores de una vivienda, cada uno con su nivel de exigencia diferenciado. Además, cada cual se fija en una serie de cualidades diferentes.

En términos generales se detecta una exigencia media entre personas de 35 a 54 años que viven en pareja en la mayoría de los casos. Es decir, tienden a ser menos exigentes en cuanto a las prestaciones básicas, en busca de un menor desembolso en su presupuesto. El fin de comprar nueva casa en este segmento de población suele ser para usarla como residencia habitual, aunque un pequeño porcentaje puede estar interesado en utilizarla como segunda vivienda.

Entre ellos se puede diferenciar a los más jóvenes de los más maduros. Mientras que los primeros, en la mayoría de los casos, aún viven con sus padres o en un piso alquilado, y buscan su primera vivienda en propiedad; entre los segundos se detecta un creciente interés en una segunda vivienda.

Ambos buscan mejorar con su vivienda nueva respecto a su lugar de residencia habitual, pero es siempre la visión de futuro respecto a la adquisición de la vivienda lo que les lleva a decidirse, por encima de la posibilidad de alquilar, incluso para los más jóvenes.

El cliente más exigente suele encontrarse entre las parejas que oscilan entre los 25 y los 35 años, y suele vivir también en pareja. Lo más habitual es que busquen una vivienda de uso habitual movidos tanto por el momento de la vida como por la intención de la mejora de la vivienda. Este perfil de comprador suele buscar viviendas de poca antigüedad, preferiblemente nuevas y con al menos tres o más habitaciones, normalmente en la misma localidad en la que ya residen.

Estos perfiles atribuyen gran importancia a todos los aspectos de la vivienda de su interés, con especial énfasis en los conceptos que supongan un creciente confort y comodidad, como la existencia de plaza de garaje propia del inmueble, trastero, terraza, que el piso cuente con materiales de calidad, y que existan servicios en las proximidades.

El precio y la ausencia de una oferta que satisfaga todas sus expectativas, que son muchas al estar comenzando su proyecto de vida en común, con planes de ampliar la familia, etc., es la causa habitual de las ventas que no se completan para este perfil.

A tener en cuenta

En definitiva, el punto de partida para diferenciar la calidad de un piso de obra nueva es saber que esta no tiene que ver solo con la estética. Es importante que la vivienda tenga una estructura sólida y estable, con buenas instalaciones y que esté bien aislada del ruido, el frío y calor, el agua y la humedad. Si se utilizan materiales de calidad inferior, con el tiempo se producirán problemas en la estructura de la vivienda que acarrearán un mayor coste en su conservación.

En la memoria de calidades que por ley están obligados a entregar todos los promotores se encontrarán todos los detalles de los materiales utilizados, entre otros, en suelos, paredes, puertas y ventanas.

Saber diferenciar la calidad de un piso de obra nueva no es una tarea sencilla. Es importante conocer los aspectos en los que debes fijarte y cuáles son los mejores acabados y materiales actualmente para confirmar que realmente estás adquiriendo un inmueble de calidad.

En términos generales, la calidad de una casa nueva viene determinada por tres aspectos: la buena ejecución de los trabajos de construcción, los materiales y los acabados empleados.

Determinar la calidad de los materiales utilizados en la construcción del edificio y la correcta ejecución de los trabajos por parte de todos los técnicos implicados no resulta un trabajo sencillo ni fácil de apreciar por los compradores, que en la mayoría de los casos no cuentan con los conocimientos necesarios. Sin embargo, siempre puede recurrirse al asesoramiento de expertos. Por ello es importante no pasar por alto aspectos relativos a la calidad oculta del edificio, como el tipo de aislamiento colocado (tanto térmico como acústico) o su espesor, la impermeabilización de las cubiertas, el tipo de vidrios, el tratamiento de los puentes térmicos, los sistemas de cubierta y fachadas, las carpinterías (si son con rotura de puente térmico o no), la calidad de los cierres y los perfiles, los conductos de las diferentes instalaciones e incluso la clase de hormigón empleada.

Seguramente, costará un poco obtener toda esta información del vendedor pero es interesante conocer todos esos datos del piso para consultar con un experto la calidad de sus diferentes elementos y materiales ocultos.

La calidad de la vivienda no es solo estética

Los acabados empleados en la vivienda son otro de los aspectos cruciales que te ayudarán a diferenciar la calidad de un piso de obra nueva. Se trata de los materiales finales empleados para cubrir los elementos estructurales y su misión es dotar de funcionalidad, estética y comodidad a la vivienda. Existe una gran variedad de acabados que determinan el estilo de la casa y nos sirven para diferenciar su calidad.

En términos generales, el tipo de propiedad que compremos determinará la calidad de sus acabados: cuanto más cara sea, mejores serán sus terminaciones y materiales. Estas mejoras son especialmente apreciables en los interiores. Afectan sobre todo a los cerramientos (mejor aislamiento del ruido y del frío), carpinterías, tabiquería, solados, revestimientos, nivel de eficiencia, sistemas de climatización, baños, sanitarios, cocinas, electrodomésticos y equipamiento tecnológico.

Al margen de su equipamiento de serie, muchas promociones permiten a sus propietarios mejorar algunos acabados mediante el pago de una cantidad adicional. Tal y como ocurre con los coches, son considerados equipamientos extras.

El punto de partida para diferenciar la calidad de un piso de obra nueva es saber que esta no tiene que ver solo con la estética. La buena calidad de una vivienda significa que tiene una estructura sólida y estable, con buenas instalaciones y que está bien aislada del ruido, el frío y calor, el agua y la humedad. Entonces, ¿qué debemos valorar en los materiales y acabados de la casa?

Calidad: hay que tratar de eligir el material según el uso que se le vaya a dar. Hay materiales que son más adecuados para determinadas zonas geográficas, tipología de vivienda (piso, casa unifamiliar, etc.) o estancia (por ejemplo, los materiales empleados en cocinas y baños no aportan nada en los salones o dormitorios).

Estética. No es el único factor importante, pero la apariencia también juega un papel destacado en la elección de los materiales y acabados de una vivienda.

Mantenimiento: hay materiales que exigen un gran mantenimiento para estar en perfecto estado (por ejemplo, el mármol).

Funcionalidad: de nada sirve elegir un material precioso si no puede cumplir su cometido. Por ejemplo, una pintura o madera delicada no es lo más indicado para un cuarto de baño...

Elementos a valorar en la vivienda nueva para determinar su calidad

Las últimas tendencias inmobiliarias se caracterizan por combinar la estética y la funcionalidad, pero sin olvidar la calidad. Esta combinación de elementos se materializa, entre otros, en la instalación de vestidores en las viviendas nuevas, de avanzados y eficientes sistemas de climatización y de electrodomésticos de alta gama.

En el sistema eléctrico y de telecomunicaciones, la calidad se manifiesta en la existencia de buenas instalaciones eléctricas, con la instalación de automatismos, domótica, un cableado adecuado y ajustado a la normativa.

Los tabiques y fachadas de la casa tienen que cumplir condiciones de confort en cuanto a ofrecer un buen aislamiento térmico y acústico. En este aspecto, la calificación del certificado de eficiencia energética permitirá conocer lo eficiente que es la vivienda y el posible ahorro que ofrecerá (recuerda que una vivienda con etiqueta 'A' es capaz de reducir la factura energética hasta un 95%). Asimismo, tanto tabiques como fachadas deben cumplir todas las exigencias recogidas en el Código Técnico de la Edificación (CTE).

La fontanería debe ofrecer agua caliente y fría, además de tener llaves de corte en todos los cuartos húmedos y en todos los aparatos sanitarios. Si el inmueble tiene instalación de aire acondicionado y calefacción deben tener su correspondiente etiqueta de eficiencia energética.

Por último, al valorar el nivel de calidad de la pintura, lo más aconsejable es que sea pintura plástica. Hoy en día en muchas promociones utilizan pinturas ecológicas, que añaden un plus por atender a la preservación del medio ambiente.