El Foro Marítimo Vasco es el clúster de la Industria Marítima del País Vasco y el responsable del día a día de la organización, el director Javier López de la Calle analiza la coyuntura del sector.

¿Cómo está la situación del sector naval a nivel general?.

-Las secuelas de la pandemia se notan de forma dramática en la construcción naval europea y en la industria fabricante de equipos. Se tardarán años en volver a los niveles precovid. En el primer semestre se han entregado menos barcos que en los últimos 25 años, y con precios a la baja.

Asia gana y Europa pierde.

-La mitad de los nuevos pedidos mundiales han entrado en China, que ha recuperado su nivel normal gracias a unas políticas estatales de ayudas públicas y a los pedidos nacionales. En cambio, en Europa, sin esos apoyos, registra una caída de pedidos del 62% en el primer semestre en unidades; y en valor, aún más, un 77%, porque una demanda baja y agresivas ofertas de China, Corea y Japón, países con políticas claras de apoyo al sector, han arrastrado los precios. En Europa, a diferencia de en Asia, los estímulos todavía no llegan a las empresas.

¿La construcción naval en Euskadi respira y tiene trabajo?.

-Sí. Venimos de un 2019 que fue, en general, un año bueno. Y en este ejercicio, los astilleros han logrado cinco contratos, cuatro de ellos ya firmados, y ello supone que tendrán carga de trabajo para todo este año y prácticamente 2021. En cuanto a la industria auxiliar, hay de todo. Los fabricantes de equipos internacionalizados notan el parón mundial pero pelean.

¿Los astilleros vascos avanzan en la especialización y en las nuevas tecnologías?.

-Sin duda. Nuestros astilleros se están centrando en nichos de valor añadido muy concretos. Pesqueros tecnológicamente avanzados, remolcadores de última generación con motorizaciones duales, buques oceanográficos, barcos auxiliares para la industria offshore, eólica sobre todo, porque el oil&gas está parado ahora, etc.

¿Se necesita una política industrial de apoyo al sector?.

-Sí. En estos momentos, en medio de la crisis del covid, hay que tener claro que no es suficiente resistir, hay que activar la demanda y mejorar la competitividad de todo el sector de construcción naval. La industria naval necesita el apoyo de la administración. Es un momento para incentivar la colaboración público-privada. Las empresas necesitan seguir avanzando, y lo hacen, en temas como la formación, -en ciertos oficios hay escasez de personal formado en Euskadi-, en digitalización y robotización. La industria 4.0 está ahí y posicionarse es clave para ganar competitividad en un mercado, como el naval, que es global. Y proseguir en el desarrollo tecnológico de cara a la sostenibilidad. Con barcos con menos emisiones, con motorizaciones más limpias y de menor consumo etc.

La industria auxiliar intensiva en mano de obras, las contratas, notan el parón del covid.

-Sí. La pandemia está incidiendo negativamente pese a que los astilleros vascos están siendo ahora el elemento tractor del segmento.