- La economía de la Comunidad Autónoma Vasca será una de las más afectadas en el Estado español en esta fase por los efectos del parón de la actividad económica derivado de la crisis de la pandemia de coronavirus, según un informe del Banco de España. En concreto, la institución gobernada por Pablo Hernández de Cos, argumenta que el País Vasco se va a ver muy perjudicado estos meses en su economía por el importante peso que tiene en su PIB la industria de automoción y el transporte, unos sectores a los que les va a costar arrancar y recuperar la normalidad.

El Banco de España considera que las economías de las islas, -tanto Baleares como Canarias-, el País Vasco y Madrid podrían ser los territorios del Estado español más afectados por la crisis provocada por los efectos de la pandemia de covid-19, dada su elevada exposición a sectores como el turístico, la fabricación de vehículos y los servicios de transporte.

Un artículo analítico del antiguo banco emisor reconoce, según Efe, la heterogeneidad del impacto económico de esta crisis entre los diferentes territorios del Estado y señala que las citadas regiones son las que, a corto plazo, experimentarían un mayor deterioro de su actividad en términos de valor añadido durante el estado de alarma en España, independientemente del tiempo de duración del mismo.

El impacto económico directo es particularmente elevado en estos momentos en las islas Baleares y Canarias, por el cierre total del sector turístico, -núcleo central de su economía-, y en Madrid (aunque en este caso en menor medida), por el mayor peso de los sectores de servicios de transporte y distribución.

En el caso particular del País Vasco, el estudio del Banco de España, señala que el impacto de la pandemia de coronavirus sería más elevado por el efecto de arrastre o indirecto, que recoge la propagación del shock a lo largo de las cadenas de producción industriales como ya se está viendo, por ejemplo, en los sectores de automoción y aeronáutico.

El peso de las actividades turísticas en el conjunto de la economía española, casi un 15% del PIB frente al 6% en la vasca, provocaría también que España experimentase una caída de la actividad relativamente superior a la registrada en Italia, Francia y Alemania.