BILBAO - La siniestralidad laboral en la Comunidad Autónoma Vasca crece de la mano de la recuperación de la actividad económica y, según los sindicatos, del mantenimiento de la precariedad laboral y del incremento de la subcontratación. No obstante, el repunte de este año se centra en los accidentes leves, que crecen un 8,8% frente a los graves, que han descendido otro 8%, dejando el aumento medio en el 8,1%.

En concreto, este aumento es el fruto de los 35.933 accidentes laborales con su correspondiente baja, lo que supone que cada semana se contabilizan en la CAV cerca de 750 siniestros en el desempeño laboral (748,6). La parte positiva, junto al menos número de siniestros graves, es que los accidentes laborales con resultado de muerte del trabajador se redujeron en un 20%, con 28 casos, siete menos que el ejercicio precedente, según datos de Osalan.

Como se recordará en el pasado 2018 los accidentes laborales mortales crecieron en Euskadi un 36%, con 34 trabajadores fallecidos mientras que el número total de accidentes con baja en el pasado año creció un 1,5% en Euskadi, hasta situarse en 35.786 percances.

Respecto a los datos de los once primeros meses de este ejercicio en curso, los mismos incluyen tanto los siniestros en jornada de trabajo, como los registrados in itinere, o sea en los traslados del domicilio al centro de trabajo y viceversa, además de las recaídas. Los accidentes en jornada ascendieron a 30.416 (+8,7%) y los contabilizados in itinere a 3.766 (+5,4%).

Analizando la evolución de la siniestralidad laboral por territorios históricos, se constata que crece en todos aunque con algunas diferencias. Araba tiene el dudoso honor de ser donde más ha crecido el número de accidentes laborales este año, un 9,8%, tras contabilizar 5.644 bajas laborales. En Bizkaia creció un 8,5% la referida siniestralidad laboral con 15.555 accidentes contabilizados, mientras en Gipuzkoa el repunte fue de un 8,2% (9.217 trabajadores accidentados hasta noviembre).

Del total de accidentes en jornada de trabajo, 30.243 fueron leves (+8,8%), 149 graves (-8%) y 24 mortales (ocho menos que en 2018). Los siniestros in itinere de carácter leve fueron 3.724 (+5,4%), los graves fueron 38 (+2,7%) y hubo cuatro víctimas mortales (una más que en 2018).

El sector económico en el que se ha registrado una mayor siniestralidad laboral ha sido el primario (63,8 bajas por cada mil ocupados), seguido de la Industria (63,4 bajas), Construcción (61,4 bajas por cada mil ocupados), y Servicios (22,2 bajas por cada mil trabajadores).

Una estadística a seguir dado que cada día hay un mayor reconocimiento en la sociedad y en el sistema de las enfermedades profesionales, -recuérdese, por ejemplo, el tema del amianto-, es el correspondiente a este apartado en el que se han recogido 1.406 enfermedades profesionales nuevas que causaron baja laboral, lo que supone repetir los datos de los once primeros meses de 2018. - DEIA

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