bilbao - Asier Goitia es uno de los miles de trabajadores que han participado en las cinco huelgas convocadas entre el 23 de mayo y el 21 de junio en el Metal de Bizkaia. Trabajador de la empresa Pine, dedicada a hacer trabajos de mantenimiento en plantas industriales o astilleros, valora que “el seguimiento ha sido masivo” en estas cinco jornadas y asegura que “la patronal está obligada a moverse”.

Cuestionado por la continuidad del conflicto después del verano, Goitia, del sindicato LAB, prefiere ver “la botella medio llena”. “La gente quiere sentarse y llegar a un acuerdo, sí, pero con mejoras reales. Espero que después de las últimas huelgas la patronal nos llame a los sindicatos para traer una propuesta con la que realmente se pueda negociar”, apela a la Federación Vizcaina de Empresas del Metal (FVEM).

Y destaca algunas de las reivindicaciones de los metalúrgicos vizcainos, comenzando por el asunto de la subcontratación. “Cada vez se recurre más a firmas auxiliares. Los trabajadores nunca acaban siendo fijos, no tienen nunca la sensación de pertenecer a una empresa”, comenta.

Además de reducir la subcontratación y la temporalidad, el bloque sindical (ELA, LAB, CC.OO. y UGT) demanda actualizar los salarios, pendientes de negociar desde 2011. “Ocho años con el salario congelado, casi nada”. Goitia denuncia asimismo que hay algunas empresas auxiliares que están aplicando el convenio anterior, que terminó en 2003, “con salarios de 14.000 euros”.

Además, los sindicatos piden medidas para avanzar en la igualdad de género y fórmulas que mejoren la prevención y la seguridad.

“Las huelgas han superado nuestras previsiones. Ha sido muy importante la unidad de todos los sindicatos y el apoyo de las plantillas de grandes empresas”, señala Goitia.

La FVEM argumenta por su parte que las empresas no tienen margen económico para llegar a las reivindicaciones sindicales y ha dado niveles de seguimiento en las últimas huelgas muy bajos, de alrededor del 20%. - A.L.