Jon Rahm sigue en todo lo alto en la defensa de su título en el Open de España. Su segundo recorrido en el Club de Campo acabó con cuatro golpes bajo par para un total de -12, lo que le coloca a un golpe del liderato que ocupa el neerlandés Wil Besseling. El juego del golfista de Barrika no fluyó como el día anterior y por eso él mismo dio valor al resultado que le permite salir hoy en el partido estelar y mantener todas sus aspiraciones en el torneo. “No se puede decir que una vuelta de -4 es una mala vuelta. Sí es cierto que no he tenido mi mejor feeling en el campo, que he tenido algunos malos golpes y algunos putts que han pasado muy cerca y no han entrado, pero no vas a meter todas todos los días”, resumió tras una actuación de las que marca diferencias entre los buenos y los mejores, que son capaces de hacer un resultado bajo sin estar inspirados.Cuando Rahm salió, rodeado de mucho público (más de 8.000 espectadores) y mucha expectación, Besseling ya había situado un -13 en la casa club y Ross McGowan, líder el jueves, había alcanzado ese registro en sus primeros hoyos. Así, que al número 1 de mundo le tocaba apretar el acelerador, pero las cosas no le salieron como él esperaba. En el hoyo 2 hizo su primer birdie, pero no pudo mantener ese tono, sobre todo porque dejó pasar los dos primeros pares 5, el hoyo 4 y el 7, sin restar golpes al campo. El campo ayer estaba más complicado, con calles y greenes mucho más vivos, y no afinar en los golpes impedía dejarse oportunidades claras alrededor de las banderas “y pasar de tener opciones de birdie a tener que salvar el par”.

Sin embargo, Jon Rahm no dejó de porfiar, como es su costumbre, y el hoyo 9 se anotó su segundo birdie para acercarse a la cabeza. La segunda mitad del recorrido de la Casa de Campo debía ser más propicia, pero el barrikoztarra, muy atinado en el juego corto, andaba más en firmar pares que enlazar esa racha que le podía impulsar. El momento en que todo hizo conexión fue el hoyo 14, el último par 5, que jugó Rahm de manual para anotarse un eagle y escalar hasta la segunda posición. El trabajo ya estaba hecho, aunque en el hoyo 16 llegó un pequeño paso atrás, con un bogey tras su peor putt del día. Pareció que algún movimiento o algún ruido procedente del público le hizo perder su rutina de concentración y le salió un golpe malo.

Después, el número 1 de mundo comentó que le encanta “jugar con público y normalmente me abstraigo de lo que pasa alrededor” y también apuntó que “a veces resulta imposible controlar todo lo que llega de fuera”. Eso sí, de cara al fin de semana, cuando se espera muchos más espectadores en el campo, hizo un ruego: “Hay mucha gente. Yo creo que los voluntarios, a los que les agradecemos mucho su ayuda, no estaban preparados para tanta afluencia de gente que tiene muchas ganas de golf, de seguir todos los golpes, inmortalizar el momento... Lo entiendo, pero lo único que diría al que lea esto es que ponga el teléfono en silencio. En cada golpe oímos tres o cuatro cámaras, mensajes, llamadas... Son cosas que pasan en el campo, pero hay veces que te desconcentra un poco”.

Buen final

En todo caso, Rahm supo recomponerse para firmar otro excelente birdie en el hoyo 18 donde, de nuevo, algo le distrajo en su swing y mandó la bola cerca de las gradas y los marcadores. Pudo aliviarse y sacó un magnífico segundo golpe para dejarse el putt casi dado y robarle un último golpe al campo. “No estoy en la posición que me gustaría porque preferiría estar líder con cinco o seis golpes de ventaja, pero estoy bien situado de cara al fin de semana”, afirmó después de pasar de nuevo un buen rato firmando autógrafos y haciéndose fotos. Y es que los aficionados al golf no tienen la oportunidad de seguir a menudo al número 1 de mundo y Jon Rahm les está dando lo que esperaban: cercanía fuera del campo y espectáculo dentro de él.

Hoy el de Barrika jugará en el último partido junto a Wil Besseling y su amigo Adri Arnaus, que firmó la mejor vuelta de la segunda jornada con siete bajo par junto al indio Shubankhar Sharma. También lucieron el -6 del canario Rafa Cabrera, en busca de su mejor versión tras un año y medio de bajón, y el -5 del catalán Pablo Larrazabal, que es peligroso. Todos esperan aprovechar la atracción que está generando Jon Rahm para descargarse de presión y salir del día del movimiento con opciones de victoria.

Segunda jornada