Jon Rahm es la gran atracción del Open de España que comenzará mañana en el Club de Campo de Madrid. “Ayer pasaron 30 segundos antes de que me reconocieran en la calle. En Bilbao, lo entiendo, pero aquí…”, apuntó el golfista de Barrika cuando le cuestionaron en la presentación oficial del torneo si se siente ya una referencia mediática del deporte estatal. “No sé si es así, probablemente porque vivo en Estados Undos y no estoy muy al tanto de lo que se dice en las redes sociales. Mis padres me lo dicen, pero yo no soy muy consciente”, añadió para salvar las comparaciones con Rafa Nadal, Pau Gasol o Fernando Alonso, aunque “si en un futuro puedo ser un referente para cualquier niño de España, será una gran alegría”.

El vizcaino compartió el acto protocolario con el inglés Luke Donald, otro jugador que llegó a ser número 1 del mundo y que compitió con ese rango en el recorrido madrileño. Rahm puso allá por 2014 su foco en llegar a la cima del golf mundial, en aquellas conversaciones con su mentor Eduardo Celles, “pero lo corroboré en 2015 con el quinto puesto en Phoenix siendo aún amateur. Tener esa realidad me dio mucha confianza, aún más de la que ya tenía. Sabía que mi nivel estaba ahí, ya antes de ser profesional lo tenía claro”. El barrikoztarra siempre ha afrontado el deporte, el golf, con “orgullo y humildad”, aunque recordó que si ha llegado donde está “por todas las horas de trabajo que he metido en los últimos doce años para ser el mejor golfista que pueda llegar a ser. Pienso en eso y en todas las que meteré los próximos doce para mantenerme arriba”.

Sin embargo, el presente obliga y si Jon Rahm está en Madrid, en su primera visita a España en casi dos años, es para ganar y tratar de sumar puntos de cara a la Race to Dubai, el título del Circuito Europeo que ganó en 2019 y que no pudo defender el año pasado por culpa de la pandemia. Y si él empieza a ser un referente, el suyo en el golf es Seve Ballesteros y precisamente Rahm tiene esta semana la oportunidad de igualar lo que solo hizo la leyenda cántabra, ganar tres veces seguidas el Open de España. Desde luego, el campo lo conoce muy bien desde sus tiempos de aficionado y se atreve a pronosticar que el 20 bajo par “puede ser ganador”. “Pero cualquiera puede tener una buena semana y ganar. Solo espero que el resultado ganador sea el mío”, añadió.

Muchas emociones

Llevarse el Open de España supondría sumar su segundo título del año tras el US Open y volver a ganar en los dos lados del Atlántico. Sería también otro episodio en unos meses de “muchas emociones en lo que ha primado más lo bueno que lo malo. Desde la semana previa al masters en abril, cuando fue padre, ”ha pasado de todo. Pasó lo del Memorial, gané el US Open, me perdí los Juegos, he seguido con mi vida de padre, todo lo de la Ryder... Ha sido un año de muchas experiencias. Me ha tocado padecer el covid, como a mucha gente, pero he tenido mucha suerte dentro de lo que cabe”, confesó el de Barrika.

Rahm aseguró que su juego “está bien, como demostré en la Ryder, pese a que el resultado como equipo no fue el que esperábamos”. Y en este sentido, asumió de nuevo la superioridad de los americanos. “No sé lo qué habrán hecho, pero les ha funcionado. Jugaron muy bien. Puede que sea la juventud de sus integrantes o el hecho de que algunos sean amigos desde hace tiempo, pero haya sido lo que haya sido, les ha funcionado”, admitió. La Ryder Cup “crea un vínculo que pocas cosas te dan” y en el equipo europeo ya rumian la venganza para dentro de dos años en Roma. Si todo va normal, Jon Rahm estará allí de nuevo porque “hay mucho que jugar, incluso este año, que aún no ha acabado”. Su mentalidad es siempre la de apuntar a los majors y en este sentido, no ocultó cúal puede ser su próximo objetivo, algo más que un deseo para 2022: “Me gustaría ganar The Open en Saint Andrews, ya que además se cumplirá el 150 aniversario del torneo. La combinación campo-torneo es insuperable”.