Naomi Osaka vuelve a estar en el punto de mira del tenis. Entre lágrimas, la tenista volvió a comparecer ante los medios a su llegada al torneo de Cincinnati este lunes, tras la primera jornada de entrenamientos. La tenista ya confesó en París, donde huyó de una rueda de prensa durante Roland Garros, que atender a los medios le generaba estrés y problemas de salud mental.

Osaka debutará el próximo lunes en el torneo estadounidense, que contará con público por primera vez desde que estalló la pandemia, algo que la tenista admitió que le causaba “miedo”. Después de unas preguntas, la joven tenista se vino abajo al explicar cómo se siente ante la repercusión que genera. “Desde que soy muy joven siempre he despertado mucho el interés de los medios. Hay cosas que digo o que tuiteo que generan un montón de nuevos artículos porque gané un par de Grand Slam y porque hago un montón de ruedas de prensa, y así es como van las cosas. Pero realmente no sé bien cómo gestionarlo, estoy trabajando en ello” confesó compungida la nipona cuando un periodista local le preguntó acerca de sus problemas a la hora de atender a la prensa, al mismo tiempo que ella misma aprovecha su situación de personaje público para la proyección de diferentes intereses.

Y es que ser deportista profesional y mantenerse en un buen estado de salud mental no siempre van de la mano. Durante los Juegos Olímpicos de Tokio, Simone Biles fue la encargada de otorgarle la importancia necesaria a la estabilidad psicológica por encima de los logros profesionales. La gimnasta estadounidense tomó una determinación sin precedentes: se retiró de la competición hasta que se sintió con las fuerzas suficientes para participar sin ponerse en riesgo. Osaka, consciente de sus problemas y las causas, esta temporada ha tomado decisiones parecidas.

2021 no ha sido un año fácil para la tenista japonesa. La salud mental ha marcado su temporada: no estuvo en Wimbledon y se retiró del Abierto de Francia, donde ella misma afirmó que necesitaba un descanso, y del National Bank Open de Montreal, que concluyó el domingo. Además, fue sorprendentemente eliminada en la tercera ronda de los Juegos Olímpicos de Tokio, donde fue la encargada de encender el pebetero. Todo apuntaba a que la número dos del mundo llegaría a Cincinnati en plena forma, tras recuperarse de una lesión en el tendón de la corva de la pierna izquierda, pero se derrumbó en cuanto se vio presionada a explicar sus actitudes ante la prensa.

Ganadora de cuatro Grand Slams con 23 años, la tenista de padre haitiano y madre japonesa protagonizó una comparecencia poco común ante los medios, donde se rompió emocionalmente al intentar explicar su turbulenta relación con el mundo periodístico cuando llega a los torneos. Osaka reiteró que su objetivo siempre será ayudar a los demás y compartió su intención de donar la totalidad del premio que consiga en el torneo, sin importar cual sea la posición. Todo el dinero irá a parar a Haití, donde un terremoto de magnitud 7,2 en la escala de Richter sacudió el país la mañana del sábado, dejando más de 700 muertos y millones de personas damnificadas. Una vez más, la tenista, dejando a un lado el ámbito deportivo, aprovechó su repercusión para concienciar a todos sus seguidores de la importancia de la estabilidad mental y de la necesidad de apoyar a los haitianos.