Al igual que le está pasando a su querido Athletic últimamente, Jon Rahm sigue empatando con el Augusta National después de tres días en esta edición del Masters de 2021. El golfista de Barrika firmó ayer su tercera tarjeta consecutiva de 72 golpes, que prolonga su racha de no jugar sobre par, pero que no le fue suficiente para ganar posiciones en la clasificación en una jornada que volvió a estar complicada y poco propicia para registros bajos, al menos hasta que el juego se tuvo que interrumpir por tormenta eléctrica cuando los primeros clasificados habían disputado apenas seis hoyos y justo el vizcaino había concluido su recorrido.No solo Rahm va empatado con el campo, sino que cada una de las seis medias vueltas de nueve hoyos desde el jueves las facturó Rahm con 36 golpes. Es imposible ser más regular, pero el problema es que todavía no ha encontrado el vizcaino esos golpes que convierten una buena vuelta en una excelente y que le habrían acercado al liderato de Justin Rose, que al cierre de esta edición no se había movido del -7 desde la prodigiosa vuelta inicial del inglés. El barrikoztarra sabía que tenía que hacer una gran jornada para darse opciones el domingo, pero no lo consiguió.

En el hoyo 2 dejó un momento genial cuando desde la pinaza y entre árboles logró un impacto muy combado para llegar a green y dejarse un putt para rebajar un golpe. Pareció encontrar el ritmo con un buen birdie en el 3, pero restó de inmediato con el bogey en el 4 donde no pudo precisar el tiro en una sacada de bunker y le quedó un putt de par muy largo. En el 7 volvió a la arena y tampoco pudo recuperar. Segundo bogey compensado con un birdie en el 8 tras tirar para eagle.

La primera mitad acabó al par y las cosas se complicaron con sendos bogeys en el 11, en el que el viento le jugó una mala pasada, y el 14, donde se le fue la mano al patear desde fuera del green. Sin embargo, Jon Rahm siempre tiene una reacción en su bolsa y con dos birdies consecutivos en el 15 y el 16 recuperó terreno y alguna esperanza al ver que los primeros puestos no progresaban. No pudo robarle más golpes al campo y se marchó en la casa club tras otro notable día desde el tee al que no pudo sacar rendimiento porque esta vez su juego alrededor de green no brilló y tampoco el putt le acompañó en la medida en que se necesita en Augusta.

No es de extrañar que a ratos se le viera incómodo en el campo, como sin entender el comportamiento de alguno de sus tiros, a lo que trató de buscar una explicación. “Fue frustrante. Hubo ocho golpes que les he pegado como quería y han acabado en sitios difíciles o injugables. Las rachas de viento han sido muy cambiantes. El resultado no refleja lo que he jugado”, lamentó Rahm, que sabe que tiene muy pocas opciones para hoy. “Tengo que hacer el récord del campo para dar un susto o hacer el par otra vez y así cuadrar cuatro pares”, añadió con un toque de ironía.

Por su parte, Txema Olazabal fue penalizado por el mal final de una vuelta que iba uno bajo par hasta el 15 cuando enlazó doble bogey tras visitar el agua, bogey y bogey para caer al fondo de la clasificación. “Ya sabemos que en Augusta te lo juegas todo en un par de metros. Espero despedirme hoy mejor”, comentó el hondarribitarra, que por primera vez en seis años sumará puntos para el ranking mundial.