bilbao - Contra viento y marea, Lucas Eguibar se metió en la final de boardercross de la prueba de la Copa del Mundo que ayer paró en Sierra Nevada. Y contra viento y marea, la ganó. El snowboarder donostiarra dio un auténtico recital. Se exhibió en todas y cada una de las bajadas que protagonizó, como si no le afectaran las duras condiciones que hubo a los pies del Pico Veleta. Como si las disfrutara. De hecho, el pasado viernes, la organización decidió suspender la ronda clasificatoria porque una gélida ventisca dejó impracticable el circuito. Y ayer, en una pequeña tregua climatológica, Eguibar demostró que no hay tifón que le pare. Así, en la clasificación aplazada, paró su cronómetro en 54,95 segundos. El mejor tiempo de los 60 participantes.

Entonces, el donostiarra se desató. Aprovechó el favor del viento para ser el más rápido en los octavos de final, en los cuartos y en las semifinales. Para plantarse en una final en la que tampoco tuvo rival y para conseguir su cuarto triunfo en la Copa del Mundo -sus otros tres éxitos en esta competición llegaron siempre en la estación suiza de Veyssonaz, donde se impuso en 2015, 2016 y 2019-. "Creo que es mi mejor victoria. Ganar en casa es lo mejor que se puede pedir. Me quedé con la espinita del triunfo en 2017 -logró dos platas en el Mundial de Sierra Nevada, en la prueba individual y en la prueba por equipos- y mira, aquí la tenemos", dijo Eguibar tras subirse al primer escalón del podio.

Además de la victoria, el donostiarra se lleva de Sierra Nevada una actuación perfecta y unas sensaciones inmejorables: "Incluso en la clasificación no iba a buscar el mejor tiempo; buscaba tener un buen feeling con miras a la carrera. Y aún así saqué el mejor crono. Luego, en carrera, iba concentrado en hacer las cosas bien y he podido ganar". De hecho, Eguibar no tuvo rival ayer en la pista andaluza. Ningún contrincante fue capaz de seguir su estela y no solo fue el primero en todas las eliminatorias, sino que además solventó todas y cada una de ellas con una superioridad insultante. "Obviamente me he encontrado muy bien en la pista durante todo el día. He estado muy concentrado, en todo momento. Desde el principio hasta el final porque quería hacer todas las bajadas muy bien, no cometer errores y dar lo mejor de mí".

Y esa concentración se tradujo en la clasificación para una final que el donostiarra ganó con demasiada facilidad. De hecho, Eguibar se puso en cabeza nada más salir y, por detrás de él, un toque entre Kearney y Perthoner acabó con los dos en el suelo y frenó a Berg. Así, con el primer puesto asegurado, el rider vasco afrontó los últimos metros consciente de que no le podían alcanzar. "He podido hacer mi trabajo porque siempre he ido primero; pero hasta el último salto no he mirado atrás porque he estado siempre muy concentrado en seguir adelante. Así que nunca he tenido que luchar con nadie. Ha sido una victoria fácil", concluyó.

La prueba final El circuito de la Copa del Mundo, la competición de la regularidad en el snowboard, llegará a su fin el próximo fin de semana. Y precisamente lo hará en Veyssonaz, donde Eguibar ya ha salido victorioso en tres ocasiones. Por lo que esta vez, de nuevo, irá a por todas para cerrar con broche de oro un buen torneo: "Lo he dado todo. Estoy muy cansado, muy agotado; pero estoy muy contento. Ahora habrá que celebrarlo un poco, pero sin pasarse porque la semana que viene hay otra carrera importante".

"Esta es mi mejor victoria, me quedé con la espinita del triunfo en 2017 y aquí lo tengo"

lucas eguibar

Snowboarder