Bilbao - El día de ayer era una jornada para salvar la situación y mantenerse en los puestos de arriba. Jon Rahm afrontó la jornada con la necesidad de aguantar los golpes que le tenía preparados el campo sur de Torrey Pines mientras sus perseguidores ganaban posiciones en el recorrido norte, mucho más benévolo. El vizcaino se defendió de la única manera que sabe, jugando al ataque y tomando riesgos para poder mejorar su tarjeta. Cumplió con el papel en los primeros nueve hoyos e incluso vio la cabeza de la clasificación cerca, pero en la segunda mitad del recorrido las cosas se torcieron y acabó con una tarjeta de solo un golpe bajo par. Aun así Rahm sobrevivió y sigue en la pelea.

No tardó el vizcaino en comprobar la dureza del campo sur. Este recorrido no iba a ser tan sencillo como el del primer día y nada más empezar Rahm se perdió en las arenas de los búnkeres. En el primer hoyo, dos malos golpes le hicieron empezar su vuelta con un bogey y verse obligado a ir a remolque. El golfista de Barrika no tardó en reaccionar y logró su primer birdie en el hoyo 3 gracias a un grandísimo primer golpe con el que dejó la bola muy cerca de su objetivo. Pero ayer a Rahm le costó soltarse y otra vez, con un búnker como protagonista, sumó un bogey más que le hizo hundirse ligeramente en la clasificación.

El despertador de Rahm sonó en el hoyo 6. Su potencia le permitió acercarse en solo dos golpes al green, pero en vez de pisar la zona de privilegio, otra vez más la bola se fue a la arena. No fue la situación más beneficiosa, pero tampoco era algo complicado para el talento del vizcaino. Un buen golpe desde el búnker dejó la bola a un palmo y dejó el birdie dado. A partir de ahí Rahm tuvo una fase de juego de excelencia. Una de esas rachas de juego sobresaliente que acostumbra a mostrar durante la mayoría de sus vueltas. Sin apuros, jugando un hoyo de manual logró encadenar otro birdie. Rahm estaba de dulce y lo confirmó en el 8 con un gran putt que le sirvió para encadenar su tercer birdie consecutivo.

sin continuidad Pero a Rahm le faltó dar el paso definitivo y mantener la continuidad en los segundos nueve hoyos. El vizcaino no jugó mal y tuvo alguna que otra opción de birdie. Sin embargo, le faltó precisión desde el tee y tuvo problemas para encontrar las calles. En este campo que apenas permite errores, jugar desde el rough provocó que los hoyos de Rahmbo se hicieran cuesta arriba y le llevaran a acumular pares uno tras otro y tras sobreponerse a varias situaciones complicadas, al final Rahm no pudo salvarse en el hoyo 17 y volvió a sumar otro bogey. Se fue al rough con el primer golpe y en el segundo, ese que tantos sustos le había ahorrado hasta llegar ahí, le traicionó. La bola se fue muy a la izquierda y el barrikoztarra se vio en un escenario difícil para esquivar el bogey. Hizo lo más difícil al rescatar la bola con una aproximación magistral, pero falló con el putt.

Rahm trató de desquitarse en el siguiente hoyo y arriesgó con un golpe complicadísimo desde el búnker. Pero esta vez su ambición no vino acompañado de acierto. Su bola casi se fue fuera de límites y golpeó a una espectadora sin daños. Salvar el par fue la mejor de las noticias.

El gran protagonista de la jornada fue Ryan Palmer, que terminó su vuelta con diez golpes por debajo del par del campo tras sumar once birdies. El estadounidense sufrió mucho el primer día y pero en el campo norte aprovechó a la perfección las mayores facilidades que daba el recorrido y lo exprimió al máximo para dar un vuelco a su torneo. Palmer pasó de estar con la amenaza del corte muy presente a liderar el Farmers Insurance Open. Además estuvo a punto de lograr el récord del campo, pero un bogey en el último hoyo, donde desapareció el juego mostrado hasta ese momento y cometió más de un error, le dejó sin firmar una vuelta perfecta.