Tres años después de bajar a Segunda División, el Girona regresó anoche a LaLiga Santander. El conjunto catalán, que en el campeonato regular quedó en sexta posición, se hizo con el último billete para la máxima competición del fútbol español tras ganar al Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López (1-3). El empate sin goles de la ida dejó intactas las opciones para ambos clubes en el duelo definitivo. Es verdad que partía con ligera ventaja el equipo de Ramis por su condición de local y porque, en caso de empate tras una hipotética prórroga, serían los blanquiazules quienes consumarían el ascenso. Pero esto no se dio.

Stuani, de penalti, abrió el marcador para los visitantes al filo del descanso. En el segundo acto, Carlos Ruiz dio oxígeno al Tenerife, aunque no le duró mucho la alegría. Primero Baena, y después Arnau, a diez minutos para el final, pusieron tierra de por medio para el Girona, que ya solo tuvo que aguantar la renta. Míchel, que ya ascendió al frente del Rayo y del Huesca, sumó uno más, en esta ocasión en el banquillo gerundense.