En el día de su 40 cumpleaños, Vanesa Gimbert, la jugadora más veterana de la liga femenina y la primera leona en activo con esta edad, repasó la actualidad rojiblanca desde su casa. La central de Bergara, que llegó a Lezama hace siete temporadas tras la insistencia de Iñigo Juaristi, según ella misma reconoció durante la rueda de prensa virtual, termina contrato a final del presente curso. En pleno confinamiento y sin saber cuándo permitirá la lucha contra el coronavirus retomar la competición, Gimbert se ve con fuerza para continuar jugando. “Habrá que valorar lo que pueda pasar. Soy una jugadora que me exijo mucho y si estoy es porque que me veo capaz de rendir bien”, destacó la rojiblanca, antes de advertir de que no quiere “otra mudanza” antes de colgar las botas: “No sé si debía haber venido antes o no, pero estoy muy contenta por haber tomado esa decisión aquel día y será aquí donde me retire. Está claro”.

Después de 21 años entre las mejores y tras pasar por las filas de Levante, Estudiantes, Sevilla, Rayo Vallecano y Espanyol, antes de fichar por el Athletic, Gimbert admitió que una vez que deje el fútbol va a tener que buscarse otro trabajo para llegar a fin de mes: “Las cifras que se mueven en el fútbol femenino no son para retirarte y vivir, por lo menos en mi caso”.

Sobre la polémica generada por la posibilidad de que, con la puesta en marcha del convenio del fútbol femenino, el Athletic no reciba ni un solo euro por los derechos de formación de Damaris Egurrola y Maite Oroz -a las que el Real Madrid puede fichar gratis al final de temporada-, Gimbert consideró normal que “un club que ha formado a una jugadora pida una cantidad por lo que le ha supuesto”.