Barakaldo - Finalmente no hubo sorpresa en Lasesarre y el Barakaldo se quedó sin poder cumplir su sueño de apear de la Copa del Rey al Rayo Vallecano, aunque vendió cara su eliminación ante un conjunto madrileño arropado por medio millar de seguidores en las gradas de Lasesarre, que ayer ofrecieron un aspecto insólito con cerca de 6.000 espectadores. Al final se cumplió la lógica, al igual que en el resto de enfrentamientos que ha dejado este fin de semana copero en Ezkerraldea, y el Rayo Vallecano, tras una primera mitad en que se impuso claramente sobre el Barakaldo, solo necesitó un par de arreones en una segunda mitad en la que sudó sangre para certificar el pase a la siguiente ronda de la Copa. El conjunto local, todo ilusión y ganas en un día marcado en rojo en su calendario, fue de menos a más hasta ser claramente superior en los segundos 45 minutos. De hecho, los locales tuvieron en su mano el igualar la eliminatoria durante buena parte de la segunda mitad.

La primera parte ofreció el partido más esperado desde el punto de vista de la lógica. El Rayo comenzó marcando territorio con un disparo de Saúl desde la izquierda, bien detenido por Rabanillo, cuando aún no se había cumplido el minuto de juego. En el segundo ataque, Pozo logró el 0-1 aprovechando una nueva internada de Saúl. Un gol anulado a Álvaro por fuera de juego muy dudoso, una volea alta de Piovaccari y un disparo de Montiel que salió rozando el larguero no dejaron dudas sobre qué equipo quería resolver cuanto antes. El Barakaldo apenas apareció en una acción de Olaizola y en un cabezazo de Julen López.

En la segunda mitad cambiaron completamente los papeles y el Rayo salió con la caraja, o los locales mucho más enchufados que en el primer acto, y probablemente lejos de pensar el sufrimiento y las estrecheces que habría de pasar durante más de media hora. Las ocasiones, eso sí, se hicieron esperar hasta rebasado un primer cuarto de hora en que los de Hernán Pérez comenzaron a hacer mucho peligro, sobre todo desde la banda izquierda, pero todavía sin acercarse a los dominios de Morro. Por cierto, el meta vallecano se mostró muy inseguro cada vez que le tocaba jugar con los pies -y no son precisamente pocas las veces en el Rayo de Paco Jémez en que el guardameta ha de prodigarse en el arte de iniciar el juego de esa forma- y propició más de una situación de agobio para su defensa, la cual, todo sea dicho, tampoco ayudaba en exceso con alguna de las cesiones. Los atacantes gualdinegros olieron la sangre en esa faceta del portero visitante. Juan Delgado no llegó a tiempo de aprovechar una de esas indecisiones y posteriormente Sergio García probó hallar fortuna en la inseguridad de Morro largando un balón desde 35 metros en el saque de una falta. El balón ya se colaba, pero el meta respondió con una buena mano arriba para enviar a córner.

Dejando de lado la labor del portero visitante, lo cierto es que al Barakaldo le penalizó su falta de acierto en los últimos metros, cuando hubo remate en la docena larga de ocasiones generadas. Por ejemplo, una falta desde la izquierda botada por Sergio García se paseó de lado a lado del área madrileña entre multitud de piernas sin que ninguna rematase el centro. Muy poco después un avance de los fabriles por la derecha acabó en una triple ocasión para Juan Delgado, que no acertó a rematar a la media vuelta, Galán, que disparó pero le acabó saliendo un centro, y Sergio García, al que tras recoger el rechace en la frontal la defensa franjirroja le sacó el disparo a colocar. El zurdo cántabro dio un auténtico festival de disparos y pases y se erigió como el auténtico protagonista del ataque local. Vista su labor de ayer solo cabe preguntarse qué jugador sería Sergio García de aplicarse de igual manera en todos los partidos.

El turno de cambios trajo el debut del delantero Jairo Cárcaba con el Barakaldo. Nada más salir al campo, dispuso de una clara ocasión aunque cometió falta en el momento de rematar ante Morro, después de recibir un balón de Juan Delgado desde la derecha. El meta visitante resolvería bien un cabezazo del delantero gualdinegro en otro córner botado por Sergio García y otra doble ocasión, esta vez protagonizada por Juan Delgado y el recién ingresado al terreno de juego Óscar Fernández.

Sin premio Parecía, de hecho, que el gol sería cuestión de tiempo, aunque avanzaban los minutos sin que hubiera mordiente. Era el Barakaldo el que tenía en esos momentos la eliminatoria en sus manos ante un Rayo Vallecano que, pese a estar sufriendo de lo lindo, resolvería el choque apareciendo en un solo par de ocasiones que dejaron manifiesta su mayor calidad. Un gol anulado a Piovaccari por fuera de juego precedió a una rápida contra por la derecha en que Rabanillo evitó el gol tras el remate del exjugador del Eibar. Ya cuando solo restaban diez minutos, el delantero italiano sentenció la eliminatoria, dejando helado Lasesarre culminando otra contra ante el guardameta gijonés del Barakaldo. Los gualdinegros se quedaron ya sin tiempo para la reacción y, con todo decidido, el Rayo pudo incluso hacer el tercero en un remate de Andrés Martín que salió por encima del larguero.

BARAKALDO: Rabanillo, Aguirrezabala, Galán, Gándara, Julen López, Carles Marc, Doncel (Min. 78, Algarra), Adri Hernández (Min. 63, Cárcaba), Juan Delgado, Sergio García y Olaizola (Min. 63, Óscar Fernández).

RAYO VALLECANO: Morro, Tito (Min. 87, Milic), Saúl, Saveljich, Martín, Valentín, Pozo (Min. 69, Andrés), Joni Montiel, Luna, Álvaro (Min. 79, Mario Suárez) y Piovaccari.

Goles: 0-1: Min. 13; Pozo. 0-2: Min. 80; Piovaccari.

Árbitro: De la Fuente Ramos (Comité Castellano-leonés). Mostró cartulinas amarillas a Doncel, Gándara y Carles Marc por el Barakaldo y a Martín por el Rayo.

Incidencias: Casi 6 000 espectadores en el campo de Lasesarre, con la presencia de unos 500 seguidores visitantes. Ainhoa Hernández realizó el saque de honor.