El salto con los puños al viento de Miribilla de Txus Vidorreta cuando el triple de Kyle Wiltjer colocó el 85-98 a un minuto del final fue el punto de arranque del éxtasis del Lenovo Tenerife en la noche de su coronación como nuevo campeón de la Basketball Champions League. En una preciosa final entre dos equipos que pugnaron con honor y garra, sin reservar un ápice de entrega, el conjunto canario se ganó con total merecimiento su condición de bicampeón de esta competición continental ante un Baxi Manresa digno de quitarse el sombrero tanto en la cancha como en la grada y el técnico de Indautxu pudo ejercer de profeta en su tierra, cumplir con su confesado sueño de levantar el trofeo de la BCL delante de su gente, en el territorio en el que él ayudó con papel protagonista a colocar los cimientos de lo que hoy en día es el baloncesto vizcaino de máximo nivel.

En una final de magnífico nivel baloncestístico, los tinerfeños rompieron el partido en el ecuador del tercer cuarto gracias a un magnifico acierto triplista personificado en Aaron Doornekamp, Sasu Salin y Kyle Wiltjer. Si un equipo que tiene una conexión de matricula de honor entre Marcelinho Huertas y Giorgi Shermadini añade dinamita desde la línea de 6,75 se convierte en prácticamente imbatible. Los de Vidorreta acabaron con un 54% desde la larga distancia, el brasileño, elegido MVP merced a su magistral control de todo lo que aconteció en cancha, firmó 13 puntos y 14 asistencias y su compinche georgiano colaboró con otros 14. La mezcla perfecta. Demasiado para un esforzado Manresa que se quedó corto de gasolina en los compases finales, sin pólvora de sus francotiradores para intentar la remontada y con el extraordinario Chima Moneke, que acabó ahogado en lágrimas, demasiado solo como argumento ofensivo pero volviendo a ofrecer una vez más una extraordinaria lección de entrega e identificación con un equipo.

El Tenerife arrancó la contienda apretando mucho en defensa a Dani Pérez y Sylvain Francisco, los arquitectos del juego manresano, y suyas fueron las primeras ventajas en el luminoso. Moneke, con nueve puntos en un abrir y cerrar de ojos, dio una efímera renta al conjunto catalán (9-8), pero nadie más se sumó a su causa y en el bando contrario se encontró a otro jugador, Salin, también desatado con diez puntos, obligando a Pedro Martínez a detener el choque con el 9-16 en el ecuador del acto inaugural. Reaccionó en un periquete el Manresa con Pérez y Yankuba Sima sumándose a la causa ofensiva, pero Vidorreta activó la conexión Huertas-Shermadini y fueron los suyos los que cerraron los primeros diez minutos en ventaja (25-27).

Con ambos equipos jugando a tope de revoluciones, activando el toque de corneta a la mínima oportunidad, el duelo se convirtió en un incesante intercambio de golpes. Trató de poner pies en polvorosa el Tenerife (25-32), reaccionó el Manresa con un parcial de 11-2 impulsado por la muñeca de Joe Thomasson (36-34); los triples de Francisco y Pérez encendían los ánimos de la entusiasta afición catalana, pero los efectivos Huertas y Shermadini se encargaban rápidamente de enfriarlos… Finalmente, al ecuador de la contienda se llegó con un 50-49 que dejaba absolutamente todo abierto de cara a la segunda mitad.

A TRIPLAZO LIMPIO

En la reanudación, las constantes vitales del encuentro apenas cambiaron en cuanto al ritmo desatado y a la intensidad, pero los canarios empezaron a poner sobre la mesa todo su fondo de armario. A su habitual magisterio en el ‘pick and roll’ añadieron un sobresaliente acierto triplista y tras tres dianas desde la línea de 6,75 de Doornekamp, Salin y Wiltjer su renta se estiró hasta el 56-66 a 4:41 de la conclusión del tercer cuarto. Pedro Martínez llamó a capítulo a los suyos, que trataron de no desengancharse de la final pese a perder durante algunos minutos además a Moneke por un fortísimo golpe en la nariz en la pugna por un rebote, pero los de Vidorreta activaron su modo rodillo aprovechando que el viento soplaba de cara desde la larga distancia y merced a los nuevos aciertos de Doornekamp, sideral, y Wiltjer llegaron a los diez minutos finales con una fantástica ventaja de 67-82.

Vidorreta quiso aprovechar el momento para hacer más sangre, activó a Emir Sulejmanovic de ‘cinco’ y la apuesta le salió a pedir de boca. La renta canaria se estiró hasta el 71-89 con un triple y un mate del bosnio. El Manresa no estaba por la labor de rendirse y prolongó su resistencia hasta el 83-93, pero los triples que necesitaba de manera imperiosa para el más difícil todavía no encontraron red y en el bando contrario el eterno Huertas gestionó los minutos finales con pulcritud para que el éxtasis final fuera canario y el color amarillo acabara tiñendo en el Bilbao Arena la desatada celebración del desde ayer bicampeón de la Basketball Champions League.

FICHA DEL PARTIDO

BAXI MANRESA: Pérez (12), Francisco (12), Valtonen (2), Moneke (24), Bako (2) -quinteto inicial- Maye (10), Sima (4), Thomasson (15), Martínez (0), Steinbergs (0), Vaulet (6).

LENOVO TENERIFE: Huertas (13), Salin (18), Sastre (9), Doornekamp (11), Guerra (4) -quinteto inicial- Fitipaldo (7), Shermadini (14), Todorovic (0), Wiltjer (17), Smith (0), Sulejmanovic (5).

Parciales: 25-27, 50-49 (descanso), 67-82, 87-98.

Árbitros: Mazzoni (Italia), Rosso (Francia) y Liszka (Polonia). Sin eliminados.

Incidencias: Final de la Basketball Champions League. Bilbao Arena, ante 8.157 espectadores.