L baloncesto es una parte fundamental en la vida de Juana Molina (Manzanares, 1991). La mayor parte del año los entrenamientos y los partidos con el Lointek Gernika ocupan su día a día. Pero la llegada de los parones ligueros no son sinónimo de relajación para ella. Las vacaciones son una nueva oportunidad para formarse y ampliar su experiencia laboral por lo que cada vez que el balón reposa, la jugadora del Lointek Gernika cambia de chip y ejerce como trabajadora social. En este momento en el que todo el deporte está parado a nivel mundial y la crisis del coronavirus golpea duramente al ámbito social, la manchega afincada en Bizkaia no ha querido quedarse en casa sin hacer nada y aporta su granito de arena acudiendo a albergues sociales a ayudar a la gente en exclusión social como parte del programa Cruz Roja Responde.

No es la primera vez que Molina colabora con este movimiento internacional y esta situación hizo que la Cruz Roja volviera a contar con ella para uno de sus programas. "Estoy trabajando en los albergues sociales para gente sin techo, en exclusión social, y lo que hago es ayudarles e intento hacerles el día un poco más fácil en lo que pueda a esa gente que por desgracia no tiene una vida fácil", cuenta. La jugadora manchega no dudó a la hora de ayudar a enfrentarse a esta situación y aprovechó su formación y experiencia como trabajadora social para aportar en todo lo posible. "Me di cuenta que se necesitaba un montón de gente en el ámbito sanitario y en el social. Siento que estoy ayudando en la medida de lo posible y me siento muy satisfecha por intentar poner mi granito de arena y ayudar a quién no tiene medios", cuenta.

Molina trabaja en albergues sociales en los que la afluencia de usuarios es muy alta. Evitar los contagios es algo fundamental y por ahora ese objetivo está siendo cumplido. "Por suerte no hemos tenido ningún contagio y esperemos que siga así", apostilla la triplista del Lointek Gernika, que a pesar de que por ahora no tenga positivos cerca sigue alerta: "La Cruz Roja nos dio un curso de formación rápida que nos ayudó a la hora de evitar los contagios y sobre todo tenemos que seguir las pautas, ser precavidos y responsables con todo lo que hagamos".

Finalizar con esta pandemia mundial es el deseo global. La gente trabaja para poder minimizar los daños y poder volver a la normalidad. En esta lucha todos los sectores necesitan ayuda y el ámbito social también. "Se necesita mucho más apoyo ya que hay mucha gente que se encuentra en exclusión social y necesita la ayuda de todo el mundo. Pediría que se respetase, que intentarán ayudar en la medida de lo posible y a partir de ahí todo estaría mucho mejor", comenta. Mientras, Molina trata de predicar con el ejemplo y continúa acudiendo a los albergues a realizar su aportación.

La jugadora del Lointek Gernika vive esta crisis alejada de su familia. Estar fuera de casa no es algo ajeno para Molina y lleva años asentada en Euskadi, pero el coronavirus crea un escenario desconocido también a la hora de estar con los suyos. "En momentos así es complicado. Llevamos años separados pero sabemos que a pesar de la distancia estamos ahí siempre", reconoce. Juana no es la única en su familia que está expuesta en la calle durante estos días: "Mi madre trabaja en la limpieza de un hospital en mi pueblo y sé que ha pasado unos días duros, se está dejando la vida por hacer su trabajo y para mí es un ejemplo. Por suerte en mi circulo cercano todos estamos bien".

A pesar de estar inmersa en su trabajo, Molina también está pendiente de lo que ocurre con la Liga Femenina. La Federación Española de Baloncesto sigue sin dar noticias oficiales sobre el devenir de sus competiciones y mantiene a todos los clubes y a sus jugadores a la espera. "El escenario no es el mejor y cuando todo esto acabe nosotras ya deberíamos haber acabado la liga. Creo que va a ser imposible reanudarla y todavía no se sabe ni cómo va a terminar esto ni las pautas para el año que viene", expresa. En el momento del parón, el Lointek Gernika era tercero y su preparación estaba centrada en el play-off. Molina tiene claro que este desenlace no puede "empañar la temporada que hemos hecho".

Las ganas de volver a jugar están presentes, pero ahora el partido no se juega en la cancha. La situación hace que Molina cambie su uniforme del Lointek Gernika por el chaleco de la Cruz Roja y sabe que esta vez no toca anotar triples para ayudar: "Lo primero es lo primero y la salud de las personas es lo principal. El deporte queda en una anécdota".

"Lo primero es lo primero y la salud de las personas es lo principal. El deporte queda en una anécdota", asegura la manchega del Lointek Gernika