-Los jugadores de los Oklahoma City Thunder y los Utah Jazz estaban ya a punto de acudir al salto inicial cuando de repente los árbitros decidieron esperar un poco. Nadie entendía lo que pasaba en el Chesapeake Arena y menos aún cuando esa espera se prolongó después de que el trío de oficiales charlara unos minutos con los dos entrenadores. Mientras la organización de los Thunder trataba de mantener entretenido al público, los jugadores tomaron camino de vestuarios y poco después el partido se canceló. Y es que el covid-19 había llegado a la NBA. Poco después se supo que Rudy Gobert, pívot de los Jazz, había dado positivo por el coronavirus. El comisionado Adam Silver y sus asesores decidieron la suspensión con carácter inmediato de la competición hasta nuevo aviso. "La NBA utilizará este tiempo para determinar los próximos pasos respecto a la pandemia del coronavirus", reza el comunicado oficial que también anunciaba la suspensión de la G-League, la liga de desarrollo. En Dallas, los Mavericks y los Nuggets pudieron acabar su partido, aunque quizás sea el último de una temporada regular a la que le quedaba menos de un mes por delante.

Hasta ayer, la NBA no tenía claro o había posiciones encontradas sobre cómo actuar ante la propagación del virus, si jugar a puerta cerrada o aplazar partidos. Pero una vez con el covid-19 afectando a un miembro de su negocio no hubo dudas y se tomó una decisión drástica. Todos los equipos a los que habían enfrentado los de Salt Lake City en la última semana, entre ellos los Toronto Raptors de Marc Gasol, Serge Ibaka y Sergio Scariolo, han sido puestos en cuarentena y toda la organización de los Jazz fue sometida a prueba que ayer sacaron a la luz otro positivo: el de Donovan Mitchell, el otro All Star de los Jazz. La constante actividad de la NBA obliga a extremar las precauciones ya que se estima que todos los equipos podrían quedar contagiados en cinco días por lo que el escenario más optimista habla de que la competición puede estar parada durante un mes, aunque aún no se ha concretado cómo se podría completar la temporada con un calendario tan comprimido.

Además, otro de los problemas añadidos a esta cancelación de los partidos son las enormes pérdidas económicas que provoca, ya que un encuentro de la NBA puede generar beneficios de dos millones de dólares, y resolver la manera en la que las franquicias van a responder a todos los trabajadores involucrados en los partidos. "Me he informado de cuánto costaría apoyar financieramente a todas las personas que no van a poder trabajar", avanzó Mark Cuban, el propietario de los Dallas Mavericks.

Las reacciones a la suspensión de la campaña en la NBA no se hicieron esperar. Algunas voces, también a nivel interno de los Utah Jazz, han criticado el comportamiento de Rudy Gobert en días recientes en los que bromeó con compañeros y periodistas sobre el coronavirus y pudo contribuir a propagarlo. No obstante, muchos jugadores, sorprendidos por la medida y comprensivos, la enmarcaron dentro de un nefasto hasta ahora 2020 ya que la liga apenas se había podido recuperar del impacto de los fallecimientos de David Stern y, sobre todo, Kobe Bryant. "Tenemos que cancelar este año. Han sido tres meses muy duros", comentó LeBron James en sus redes sociales. "El baloncesto volverá en algún momento. Ahora lo más importante es protegernos y permanecer a salvo", dijo Stephen Curry, que acababa de volver a las canchas tras cuatro meses lesionado.

La noche fue aún más rara para Vince Carter, que asumía que el de ayer pudo haber sido su último partido en la NBA después de 22 años de carrera. "Es una manera extraña de ponerle fin que podré contar a la gente. En el vestuario pensé que aún podía haber más partidos, pero la vida es así", afirmó el ahora jugador de los Atlanta Hawks, que ya tiene 43 años y se despidió con el último triple del duelo ante los Cleveland Cavaliers. Fue la rúbrica a una jornada histórica en la NBA que no ha podido quedar inmune al desastre que ha provocado el coronavirus en el deporte mundial.

Viaje en vano del Baskonia. La Euroliga tardó en dar su brazo a torcer, pero al final también tuvo que suspender sus competiciones. Lo hará, de momento, esta semana hasta nueva orden. El positivo de Trey Thompkins puso en evidencia a la competición, sobre todo porque el estadounidense del Real Madrid ya había criticado la decisión de obligarles a jugar la semana pasada en Milán, por más que el choque se disputara a puerta cerrada. Antes, la asociación de jugadores también había solicitado la paralización de la competición para preservar su salud. En este sentido, uno de los equipos más afectados ha sido el Baskonia, que tuvo muchas dificultades para viajar el miércoles a Tel Aviv y ayer tuvo que regresar sin poder disputar su duelo ante el Macacabi. Como en todas las ligas, la incógnita es saber cómo recuperará la Euroliga los partidos aplazados.