Duración: 1h 06 minutos de juego.
Saques: 2 de Bengoetxea VI (tantos 13 y 18) y 2 de Elezkano II (tantos 3 y 14).
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 529 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 14 de Bengoetxea VI y 13 de Elezkano II.
Errores: 6 de Bengoetxea VI, 1 de Untoria, 1 de Elezkano II y 2 de Zubieta.
Marcador: 1-2, 3-3, 4-3, 4-4, 4-5, 5-6, 6-6, 8-7, 9-7, 9-9, 10-18, 13-19, 14-21 y 19-22.
Botilleros: Sin botilleros, al tratarse de un enfrentamiento entre dos parejas de la misma empresa, Asegarce.
Apuestas: De salida se cantaron posturas de doble a sencillo a favor de Bengoetxea VI-Untoria.
Incidencias: Partido correspondiente a la undécima jornada de la liguilla de los cuartos de final del Parejas de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Bizkaia de Bilbao. 400 espectadores.
bilbao - “Ahora sí”, decía aliviado Aitor Zubieta. Ya. A Pablo Berasaluze y al coloso etxarriarra les toca olvidar las matemáticas. La novena victoria es miel de semifinales. Es el billete. Y Danel Elezkano fue el culpable en una pelea de poema y puñal en los cuadros delanteros, debatida con Oinatz Bengoetxea en igualdad de condiciones y excedente de imaginación y visceralidad. Completaron ambos un partido genial en los cuadros alegres, pero el zaratamoztarra apenas falló y suyos fueron los mejores momentos del encuentro: terminó siete ganchos con velocidad y dirección de un total de trece tantos hechos y dos saques, mientras que solo se apuntó un yerro. Los números de Oinatz fueron más escandalosos en lo carnívoro, catorce tantos y dos saques, pero cometió seis fallos. Por arriesgar. No había más.
Ahí estuvo la llave de un 19-22 en el que Elezkano II pegó el estirón con el 9-8 hasta el 9-18 en una auténtica exhibición rematadora. Lúcido mostró zurda y defensa. Ayudó una pelota fuerte, con la que Álvaro Untoria se vio superado por Aitor Zubieta, enfermo. Actuaron fríos ambos y no destacaron, aunque sí aportó trabajo el navarro cuando lo requirió la contienda. Con el dominio, se engrandeció el vizcaino. El zaratamoztarra se echó a sus espaldas el enfrentamiento ante Bengoetxea VI, que enredó pero no tuvo incidencia en ese tramo. El vizcaino se lo merendó. Danel estuvo soberbio. Manejó la seda y la espina, apurando determinación con la derecha y puro talento con la izquierda. Se lanzó al abordaje de modo descarnado, por la vía rápida. Sin prisioneros. Sin mirar atrás. No hay retrovisor en la batalla. Ni amigos. Ni ídolos. Ni palabras de alivio.
Pues bien, llegados a ese punto. El abismo se asomó a Oinatz. Elezkano II era el infinito, el agujero negro, la bestia. Bengoetxea VI se acodó sin red en la cuerda de funambulista. Y apostó fuerte. All in. Todo a una carta. La suya. Arriesgó. A por todo.
Cuatro tantos del leitzarra fueron oxígeno. Cuatro brazadas a la superficie. El problema vino cuando falló con el 13-18 un saque-remate, otorgó el servicio y erró dos tantos más. 13-21. Los azules se encontraban a un palmo y sus adversarios en la cuerda floja. Al fin y al cabo, a Oinatz Bengoetxea y Andoni Aretxabaleta, quien fue reemplazado ayer por Untoria, necesitaban el triunfo para continuar con opciones en el Parejas y, aunque no la consiguieron, aún las tienen.
Así, se ató a la experimentación el delantero navarro. Un gancho le devolvió la fe. 14-21. Cambio de pelota. Máximo riesgo. Sin opción al yerro. Ansiedad. Ambición. Dentelladas. Oinatz fue un guerrero de trinchera. Cuatro mordiscos mientras buscaba a Elezkano II la derecha alumbraron la reacción. ¡Que viene el lobo! 19-21. Pero Danel apagó el incendio castigando atrás, Untoria no llevó y levantó el índice al cielo.