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No nos vamos a engañar, ganar es muy complicado", analiza Josetxu Areitio, botillero y preparador de Mikel Urrutikoetxea bajo el negro cielo del Bizkaia de Bilbao. La semifinal de la joven perla vizcaina es toda una incógnita por varias razones: Aimar Olaizola llega con la derecha tocada, el de Zaratamo afronta su primera participación en un envite de tanta relevancia y, por supuesto, entra en liza el material, más vivo de lo que habían elegido hasta este momento. De todos modos, el preparador desvela que "también hay que valorar a Mikel y cómo ha llegado a la semifinal". Porque el delantero de Zaratamo ha crecido a pasos agigantados, triturando a un buen Xala en octavos y a un farragoso Idoate en cuartos. "Hemos trabajado mucho estas semanas y llega bien", cuenta.
El aplazamiento de la semifinal por parte del delantero goizuetarra no ha sido una parada para el vizcaino. "Normalmente solemos enfocar los entrenamientos en función del rival que tenemos, pero Mikel no va a renunciar a su juego, que es lo que mejores resultados le está dando", desvela Areitio, quien apostilla que "se trata de neutralizar las características del contrario y evitar sus puntos fuertes". El saque-remate. Es la mayor arma del delantero navarro. Y es que, con un gancho de izquierda letal, esculpido a base de horas de entrenamiento, cualquier pelota pegada a pared cerca del frontis puede darle mucha vida. "De hecho, solo el saque es complicado y ya el saque-remate...", explica Josetxu y agrega que "desde cualquier parte de la cancha te puede rematar". "Hay que estar muy atento a la pelota en el momento de sacar, le damos mucha importancia a ello. Tenemos que intentar que no le quede la pelota cerca, darle altura y dejarla tocada, son detalles técnicos muy complicados y ejecutarlos es difícil", concreta el vizcaino, quien manifiesta que el detalle psicológico es "importante: a veces se va a por el aire por miedo a restar y entregar, pero que es lo que pasa, que si vas a por el aire y te mete cinco o seis tantos dudas. Más que nada hay que tener claro el posicionamiento inicial y tomar la decisión correcta, depende de cómo vaya la pelota. Para eso hay que estar muy concentrado". De hecho, Abel Barriola dudó en esta suerte unas cuantas veces y siendo buen restador acabó encajando ocho. "En el partido hay una concentración global, pero también hay de microespacios. En este caso sería el saque. Tienes que tener una concentración especial pasa saber qué vas a hacer y necesitas no perder de vista la pelota, intuir la trayectoria y, en esas décimas de segundo, decidir qué hacer", remata Areitio.
El técnico estuvo presente en Iruñea cuando a Aimar Olaizola casi le cuesta cara no estar del todo fino contra Barriola. De nuevo, el saque le salvó. Ocho restos no completó el leitzarra y esos cartones subieron al luminoso como inyecciones de vida para el de Goizueta. De ahí que durante la preparación el primer pelotazo sea considerado capital. "La trampa está en que no hizo un buen partido: aunque no juega bien, tiene recursos que no tiene casi nadie y que le hacen ganar. Y ese es el peligro de Aimar, no le cuesta nada hacer tanto", manifiesta Areitio, quien apostilla que "es importante que vayamos en igualdad, porque la gestión del marcador en contra favorece a Aimar". "Lo primero que le digo yo a Mikel es que nadie le quite la opción de soñar, nadie le tiene que quitar que llegue al 22 y que puede hacerlo. Imbatible no hay nadie", relata Josetxu. Urrutikoetxea tiene licencia para soñar.