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hACE frío en Iruñea. "Lleva todo el día nevando", dice Martínez de Irujo. Se desliza la nieve en paracaídas, localizando un lugar en el que posarse y construir un hogar, un iglú que blanquee la ciudad y la congele. Los abrigos jubilados, altos los cuellos, combaten a media mañana el castañeo de dientes y los copos caminando hacia un refugio que los abrace y les dé cobijo en la escarchada capital. La fuente de calor, el fuego bajo, se concentra en un edificio histórico, un teatro de la pelota: el Labrit. Lenguas de fuego se concentran en sus entrañas, las llamas de una eliminatoria, la que enfrentará a Martínez de Irujo y Beroiz con Titán III y Pascual el próximo sábado en la cancha iruindarra, sin retorno posible para el perdedor. "El que pierda se va para casa. Así de simple. Ya no tenemos margen de error, aun ganando los dos tendremos dificultades pero habrá que ir partido a partido", concede el delantero de Ibero, consciente de la vital transcendencia del choque, el segundo de la liguilla de semifinales. "Estamos al límite pero por mi cabeza sólo pasa que tenemos que ganar. No pienso en el marcador, bastante tenemos con llegar a veintidós". Titín III, su oponente en la delantera, tampoco elude el sobrepeso del duelo: "El encuentro del Labrit es a vida o muerte".

Posee el idioma deportivo, su lenguaje, mucho de pose, excentricidad, hipérbole y provocación, pero cuando callan las palabras, los hechos, en ocasiones, vertebran un discurso que hila profundamente con los discursos de impostada solemnidad. Apagadas las gargantas, Irujo y Titín se retaron en el acotado y el Labrit elevó la temperatura varios grados en un ejercicio de poco más de media hora por su perfil competitivo. Decidieron foguear las manos en un partidillo dentro del cuatro y medio y a punto estuvieron de provocar un incendio debido a la intensidad que hubo en la cancha. "Durante el Cuatro y Medio no estaba tan bien, pero ahora a Augusto se le ve con chispa", certifica el delantero de Ibero. El simulacro de partido tuvo brotes de máxima intensidad, incluso alguna que otra discusión por una estorbada o por un saque que encendió a la grada, entusiasmada al calor del espectáculo. "Yo creo que se lo han pasado bien", expone Martínez de Irujo, que revela que "lo hemos dejado empate a 14".

El sábado no valdrá con eso, "hay que llegar a 22 como sea", apunta Martínez de Irujo, convencido de que "la clave estará en llevar la iniciativa en el partido porque jugando a la contra es muy complicado". El delantero de Tricio se mueve en las mismas coordenadas que el campeón del Manomanista, tal vez porque comparten código genético. "Llegar a 22 antes que ellos, esto es así de fácil. Tenemos que intentar llegar a 22, lo que está claro es que vamos a tener que jugar muy bien, sin cometer errores porque ellos son una pareja eléctrica, de mucha viveza".