Duración 80 minutos; 32:33 de juego real.

Saques 2 de Titín por 2 de Xala.

Pelotazos Se cruzaron un total de 695 pelotazos a buena.

Tantos en juego 7 de Titín, 8 de Xala, 3 de Pascual y 3 de Zubieta.

Errores 5 de Titín, 5 de Xala, 4 de Pascual y 2 de Zubieta.

Marcador 2-0, 3-1, 5-1, 5-4, 8-4, 8-7, 13-7, 13-13,13-14,16-14, 16-15, 17-17, 17-20, 18-20, 19-21 y 19-22.

Incidencias Lleno en el Adarraga de Logroño, completamente volcado con Augusto e Iñigo. El dinero salió 100 a 60 por Titín y Pascual. No hubo botilleros.

bilbao. Dicen los genios, esos seres que sobrevuelan varios palmos por la cabeza de los mortales, que moran al lado de los héroes, que las musas no siempre les colman a besos, que incluso es difícil atraparlas y por eso idearon un sistema más telúrico, cercano al espíritu que rige el pico y la pala de los peones camineros para detectarlas: el trabajo. Pertenece a Pablo Picasso, genio entre lo genios, la frase: "Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando". De la misma manera que el pintor malagueño aguardaba la visita de las hadas, Xala y Zubieta esperaron las ninfas luminosas picando piedra al borde del camino después de rehacerse gracias a una pelota con un bote infame, que se les atragantó de mala manera a Titín y Pascual cuando se disponían a quebrar el duelo con 13-7 a su favor. Más allá del cuero saltarín e ingobernable que impulsó la remontada de Yves y Aitor, éstos hicieron del tajo su inspiración para sobreponerse al de Tricio e Iñigo en un apurado final y el próximo domingo se medirán a Gonzalez y Laskurain posiblemente en el Astelena de Eibar, mientras que Titín y Pascual harán lo propio con Martínez de Irujo y Beroiz en el Labrit de Iruñea el próximo sábado.

Se propulsaron de salida Titín y Pascual con una puesta en escena sólida y arengada por las voces del Adarraga en un duelo falto de vuelo, trabado en exceso por el temor al error, cuyo peso, extraordinario, no se puede calcular con una báscula porque éstas no son capaces de cifrar los intangibles, el código de aspecto hermético que acompaña los más solemnes acontecimientos y que suelen caracterizarse por amplificar las sensaciones en todo su espectro. La dimensión del partido se llevó por delante a Xala en el primer tramo tras hilar dos errores en su dos primeras apariciones.

Así que al lekuindarra el miedo se le convirtió en pánico y los nervios en desconfianza y dejó que Titín le pintara la cara mientras Pascual soportaba con entereza los tremendos pelotazos de Zubieta, que no dejó de mostrarle los dorsales al de Abartzutza. Sucedía que Xala era incapaz de cuantificar en tantos, en el marcador, la pegada de su zaguero, que aún así no cejaba en su empeño. No les alcanzaba a Yves y a Aitor con su mando en el peloteo y cuando uno no es capaz de sacar réditos, es el otro quien los obtiene. Xala se empeñó en buscar en largo el txoko para no correr riesgos en el ancho y ahí le esperaba Titín, que apuntillaba, hasta que una dejada besó la chapa.

Acudieron raudos Xala y Zubieta al cestaño y encontraron oro con una pelota feísima, pero tremendamente efectiva para sus intereses. Botona al extremo, voltearon el marcador con un parcial de 7-0, fundamentando la táctica en el juego en largo. Se encalló entonces el partido, en fase transcendente, con un Titín al que le faltó algo de foco en algunos remates y un Xala que se deshizo de su barniz timorato para salir de la cueva y mostrarse afilado catapultado por su magnífico zaguero que lo arropó con ropa de abrigo para combatir la zozobra que despejó Xala de su paisaje con un portentoso sotamano al rebote, la inspiración en mitad del tajo.