Muchos cuadros esconden secretos ocultos a los ojos de los espectadores. En ocasiones, el artista pinta, cambia de idea y comienza de nuevo sobre lo anterior, otras oculta detalles que quedan invisibles para el público. Los restauradores y conservadores del Bellas Artes de Bilbao se han encontrado con muchos de estos ejemplos en las obras de su colección, que gracias a los avances en la tecnología, se están descubriendo por primera vez.

Para ello, se utilizan técnicas de análisis como la luz ultravioleta, que aportan información sobre los elementos de la superficie de la obra, la reflectografía infrarroja, que les ha permitido investigar a niveles profundos de la capa pictórica y visualizar el dibujo. Y radiografías y estudios estratigráficos, que les aporta una información muy precisa de las diferentes capas que componen la materia pictórica y su disposición y el modo de trabajar de los diferentes artistas.

Unos trabajos de conservación y restauración que se han realizado desde los últimos diez años gracias a la colaboración y patrocinio de Iberdrola, que forma parte del Patronato del Bellas Artes de Bilbao desde 2021, según ha recordado el director del museo, Miguel Zuzaga.

El Bellas Artes ha inaugurado una exposición con una importante selección de 50 obras de las 250 restauradas durante este periodo con el programa Iberdrola-Museoa. "Además de un reconocimiento al trabajo de conservación, la muestra trata de desvelar al público los secretos que guardan las obras de arte y los procesos de estudio y restauración. De ahí, que se haya titulado Entre lo visible y lo invisible", explica Zugaza.

El ojo científico del museo

Entre lo visible y lo invisible acerca a los visitantes "el ojo científico del museo" y muestra pinturas tan reconocibles de la colección restauradas entre 2013 y 2021 como Retrato de la Condesa Mathieu de Noailles, de Ignacio Zuloaga, donada al museo en 1919 por el vizcaino Ramón de la Sota, el óleo Cardenal de Balerdi, Isabel Baquedano o Sin título de Vicente Ameztoy.

A ellas se unen las que han sido tratadas el pasado año. Son obras tan destacadas como Maternidad de Ángel Larroque, un delicado crucifico de marfil del siglo XVI de autor anónimo italiano, donado por el escultor Vicente Larrea, en nombre de la familia Larrea-Gayarre o el emblemático mural Guernica de Agustín Ibarrola, que actualmente se expone en la sala 32. Otras también son menos conocidas para el público, como es el caso de Llanura en primavera de la pintora donostiarra Marta Cárdenas, adquirida por las aportaciones de los Amigos del Museo en 2020.

La exposición incluye también fotografías com o las estampas Retrato de Stephane Mallarmé, de Paul Gauguin, adquirida en 2019, el grabado El Martirio de Santa Catalina, de Durero, donado el año pasado por Pedro Alberdi, que supone el segundo Durero de la colección de la pinacoteca, y la acuarela Costume pour Gaby, con un diseño de vestuario de Sonia Delaunay fechada en 1918. Precisamente, tal y como reveló Javier Novo, coordinador de Conservación e Investigación, "en este guache nos llevamos una grata sopresa porque cuando pensamos que era n diseño que realizó la artista para el estreno teatral, en el reverso nos encontramos con una pieza más en la línea de ese cubismo que representa ella".

Delaunay fue una de las artistas más importantes del principio del siglo XX, pero también fue la mujer y la viuda del tótem del arte Jackson Pollock, lo que la llevó a ser una de las artistas en la sombra. Incluso tuvo que utilizar un pseudónimo masculino, Lee Krasner. "En 1919, huyendo de la primera guerra mundial, ella y su marido se trasladaron a España pasando primero por Bilbao. Es muy exigua la presencia de su obra de ese periodo, así que cuando surgió la oportunidad, decidimos incorporar esta pieza a nuestra colección".

La exposición está acompañada de vídeos, cajas de luz, carteles... en los que se explica al público todo el proceso de restauración. En esta línea, por ejemplo, en la pintura Paisaje con pastor, de Iñaki Iriarte, se incluye un audiovisual en el que se explican los estudios iniciales de ultravioletas, infrarrojos, luz rasante, "que son fundamentales tanto para la información del equipo curatorial pero también una estudio necesario para acometer cualquier tipo de restauración", indicó Javier Novo.

En la presentación, que se expone en la Sala BBK del Museo, Fernando García Sánchez, presidente de la Fundación Iberdrola España reafirmó su compromiso con el museo. "La exposición tiene como objetivo homenajear a los conservadores y restauradores del museo, que son los que mantienen en perfectas condiciones y documentan la magnífica colección del Bellas Artes. Para la Fundación Iberdrola el arte es algo fundamental". "Estamos en una situación de recuperación de una tremenda crisis sanitaria, social, económica y desde la Fundación creemos que el arte y poder disfrutar de él es importantísimo para poder superar esta crisis tanto desde el punto de vista individual, como social y como elemento tractor económico".