La fotógrafa vizcaina Begoña Zubero traslada en su nueva exposición en Roma el resurgimiento y la reconstrucción de Mosul (Irak) tras la brutal destrucción causada por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), sin caer en la "pornografía de la guerra". La muestra Neeev. No es exótico, es vital, que se podrá ver en el Museo de Roma en el barrio del Trastevere hasta el 22 de mayo, toma como protagonista las ruinas de la ciudad, pero "sin romantizarlas", para ser testigo de la resistencia durante el conflicto, explicó ayer Zubero durante la inauguración.

Su trabajo, "una memoria de la destrucción", como ella lo define, es el resultado de cuatro días "muy intensos" en los que la fotógrafa bilbaina visitó Mosul para retratar el inicio de su reconstrucción tras el fin de la ocupación por los yihadistas del EI. A pesar de retratar las consecuencias del conflicto, Begoña Zubero subrayó que ella no es una periodista de guerra, por lo que su trabajo se centra, principalmente, en tratar el tema "con la sensibilidad más grande de la estética", sin caer en la "pornografía de la guerra".

"Dentro de mi selección de todas las fotos he intentado articular un discurso que no sea el típico", huyendo del sensacionalismo y buscando una "sensación plástica que acompañe un hecho tan brutal como éste", añadió la artista. Las fotografías giran alrededor de la memoria, un "aspecto intrínseco al medio fotográfico", y del paisaje devastado, para así "poder indagar sobre qué ha pasado y dejar constancia de la gente" que lo ha sufrido.