La capacidad resiliente de la ABAO vuelve a ponerse a prueba en la tercera producción de la temporada. Para compensar las reducciones de aforo vigentes, la asociación operística se ha visto obligada a programar una quinta función del título La clemenza di Tito con el fin de dar cabida a la totalidad de sus socios y patrocinadores. Sin embargo, no podrá poner entradas a disposición del público general. Asimismo, para evitar que un posible contagio en el elenco pueda truncar las representaciones, ha contratado un segundo casting como retén. Todo ello conllevará un sobrecoste de aproximadamente 125.000 euros que tendrá que asumir la propia asociación.

Al margen de las dificultades, desde la ABAO se muestran satisfechos por poder ofrecer, por primera vez en Bilbao, la última ópera que Mozart escribió antes de su muerte. Las funciones se han programado para los días 22, 24, 26, 28 y 31 de enero en el Palacio Euskalduna.

Juan Carlos Matellenes, presidente de la ABAO, ha tildado de "costoso" el camino que han tenido que recorrer para programar La clemenza di Tito, con el patrocinio de la Fundación BBVA, tras dos primeras óperas que se pudieron celebrar con relativa normalidad y gran éxito. "La situación de la pandemia nos ha hecho volver atrás. Hemos pasado de 2.142 butacas por función a 800 como máximo, una reducción superior al 60%", ha concretado Matellanes, quien ha admitido que la decisión de seguir adelante ha supuesto renunciar a 60.000 euros que supone la venta en taquilla.

Tras añadir una más, con cinco funciones podrán atender a la totalidad de los socios y patrocinadores, sumando 4.000 butacas. Se trata de una cifra que queda lejos de los 10.000 espectadores que la ópera habría abarcado en condiciones normales. Según ha matizado el presidente de la ABAO, la decisión de seguir adelante "conlleva un sobrecoste de aproximadamente 125.000 euros, que cubre la propia asociación". En ese sentido, ha mostrado su agradecimiento "a quienes se han reducido el caché para que fuese más fácil digerir" el golpe.

Con todo, Matellanes ha agregado que el mayor riesgo ha sido que algún componente del elenco se pudiera contagiar de covid. En ese sentido, ha alegado que tienen "medidas muy estrictas" y que, de momento, no ha habido ningún problema. No obstante, para curarse en salud, la ABAO ha contratado a un segundo reparto para que haya suplentes en el caso de que algún miembro se infecte. "Van a debutar grandes voces por primera vez en Bilbao", ha anunciado Matellanes en referencia a Paolo Fanale, tenor que interpretará a Tito; y las mezzosopranos Daniela Mack, que interpretará a Sesto, y Veta Pilipenko, como Annio. Completan el elenco Vanessa Goikoetxea, Itziar de Unda y Josep Miquel Ramón. "Esperamos poder celebrar una gran ópera", ha añadido antes de recordar que ya son 125 los títulos programados por la ABAO.

PRODUCCIÓN

El director artístico de la asociación, Cesidio Niño, ha admitido que lo más complicado está siendo la elección de las producciones ya que, a menudo, representan "cosas modernas" sin reflejar la "excelencia". Por ello, ha destacado que la producción que Fabio Ceresa ideó para la Ópera de Laussane, siendo una propuesta corpórea, versátil y teatral, se va a poder ofrecer incluso "dentro de 15 años en cualquier sitio del mundo" por su atemporalidad. "Está ?representada como un gran mausoleo, significa que la veracidad de todo se mancha con las cenizas", ha revelado el propio Ceresa sobre la propuesta monumental, con grandes figuras y paneles en movimiento, con las que simula la Antigua Roma en esta ópera de tintes políticos.

Por su parte, el maestro de orquesta Riccardo Frizza, que dirige en esta obra a la Euskadiko Orkestra, ha explicado que el mensaje sobre el perdón como herramienta política que traslada Mozart en su obra, escrita en 1791 para celebrar la coronación de Leopoldo II como rey de Bohemia, era un consejo para la nobleza y las monarquías de la época. "Mejor tratar al pueblo con clemencia para no perder la corona, como le ocurrió al rey de Francia con la Revolución Francesa", ha agregado Frizza, recientemente galardonado con el Premio Ópera XXI al Mejor Director musical por su trabajo Lucia di Lammermoor, con la que lleva trabajando desde 2005, antes de añadir que "es un mensaje muy válido para los gobernantes de hoy en día".