Amante de Bruselas, la ciudad de los gofres y el Manneken Pis, donde reside desde hace años, la getxotarra Itxaso Muro (1982) ha ido viajando de lector en lector con su primer libro El agua te lo diráItxaso es psicóloga en Bélgica y nunca pensó en ser escritora. Hace tres años la escritura se cruzó en su camino, justo cuando le tocó pasar por un momento difícil con una conocida. Y, así, los capítulos aparecieron en su cabeza, como si se hubiera dedicado a ello toda la vida, con personajes inspirados en gente de su entorno. Si le hubieran dicho que en un futuro escribiría un libro y ganaría un concurso literario jamás se lo hubiese creído. Ahora se dedica a pensar en cómo recibirán su obra los lectores.

¿Qué le motivó a dedicarse a la escritura?

—Yo no me dedico a la escritura, ya que es mi primer libro. Soy psicóloga y en un momento un poco particular de la vida en el que habían pasado cosas feas a mi alrededor fue cuando tuve la necesidad de crear algo. Se me ocurrió esta idea y tuve la necesidad de plasmarla a papel y desarrollar la historia, pero mi idea realmente nunca ha sido ser escritora.

¿Cómo ha surgido la idea de este proyecto?

—Leí un libro y pensé en que el malo de ese libro no me cuadraba. Además, yo había atravesado un momento en el que me enfrenté a una mala verdadera en el trabajo y pensé en que yo tenía una mala mucho más mala que la del libro que leí. Los personajes que aparecen en mi libro y algunas situaciones están inspirados en vivencias que he experimentado y en gente que conozco, pero ningún personaje es de verdad en mi obra, ningún personaje del libro es alguien de mi entorno. La idea del libro surgió de mis ganas de hacer algo con los malos de los libros y con los de la vida real.

¿Qué es lo que más le gusta de su libro?

—Tardé un año en escribirlo mientras seguía trabajando con mis niños y estaba con mi familia, y ha sido un momento muy íntimo, ya que tenía ratitos para mí. Me ha gustado mucho el hecho de ir construyendo la historia porque no sé cómo harán otros, pero yo lo iba componiendo en mi cabeza y en mi trabajo tengo que escribir muchos informes: pienso la idea, cómo escribirla y una vez están compuesta en mi cabeza entonces la paso al ordenador. Ha sido un gustazo, porque cuando nadaba o paseaba o antes de meterme a la cama pensaba en cómo construir ciertos capítulos.

¿Aparece de alguna forma en su obra, 'El agua te lo dirá'?

—De forma precisa, de decir que esta soy yo, no. Quienes me conocen me dicen que escribo como hablo. Una amiga me decía que me oía cuando me leía, otras personas reconocen que hay guiños a mi persona, pero ningún personaje soy yo. Algunos personajes los he creado en base a lo que a mí me gustaría o cómo veo yo a alguien, pero ninguno coincide en personalidad conmigo.

¿Cuál es el mensaje que intenta transmitir?

—No hay un mensaje, yo solo quiero que la gente disfrute leyéndolo, porque yo he disfrutado muchísimo escribiendo, entonces quiero compartir ese disfrute. Hay quien ha hecho lecturas más profundas, de hecho hice una presentación en Las Arenas a finales de julio en la librería Flappers, y la que me hizo la entrevista relacionó el mensaje del libro con el agua, ya que esta es la que va hablándole al protagonista para hacerle saber cosas, pero mi intención no era esa. Yo lo escribí porque se me ocurrió la historia y la expulsé de mi cabeza cuando me vinieron las ideas, por tanto, no había un mensaje concreto detrás.

Hace uso de la psicología en el libro, ¿qué significa para usted la psicología?

—Es mi oficio, se dice muy rápido pero no se explica tan fácil. Vivo de ello, pero además me apasiona. Yo trabajo con gente y los que me vienen a ver lo hacen porque sufren. Asimismo, trabajo con gente que ha solicitado asilo en Bélgica y son historias muy duras las que traen a sus espaldas y me da mucha satisfacción cuando veo que una persona va a mejor o se siente mejor. Ayudar a los demás me parece algo pretencioso, yo no sé lo que es bueno para ti, pero yo te puedo acompañar para que tú encuentres un camino en el que te encuentres mejor. La psicología no es tanto una ayuda, sino un acompañamiento para ayudar a vaciar la mochila. Un personaje de mi novela dice que hay que procurar que la vida de los demás sea menos fea. La psicología tiene de eso y El agua te lo dirá, también.

¿Por qué decide situar la novela en Euskadi y en Bélgica?

—Una parte sucede en Bruselas, otra en Bermeo y otra en Portugalete, la mala vive aquí. La sitúo en estos lugares porque yo vivo en Bruselas y me salió, en el momento de componer la historia se me ocurrió la idea. Intenté inventarme un personaje que fuera creíble y opté por los elementos que yo tenía cerca. Por tanto el protagonista, Ekaitz, vive en Bruselas pero él es de Bilbao.

¿Nos llevamos sorpresas leyendo la obra?

—No sé si el hecho de que haya tragedias puede ser una sorpresa en un libro, pues es algo corriente, pero estoy satisfecha con el final, me parece que no es del todo esperado, que está bien cerrado y que, a su vez, se acaba todo. No me gustan los libros en los que el final se queda en el aire, este es un final final, se acaba la historia y eso me gusta. Cuando se me ocurrió el principio se me ocurrió el final, estaba todo muy planeado.

"El libro surgió de mis ganas de hacer algo con los malos de los libros y con los de la vida real"

"Se me ocurrió esta idea y tuve la necesidad de plasmarla en papel, pero nunca pensé en ser escritora"