Bilbao - En el exterior del Staples Center de Los Ángeles tenía lugar la despedida a una leyenda, Kobe Bryant, y en el interior se erigía otra, la jovencísima Billie Eilish, que a sus recién cumplidos 18 años se convirtió en la estrella de la 62ª edición de los premios Grammy al lograr, junto a su hermano, los galardones más importantes de la industria musical del pasado año, canción y álbum del año incluidos. La rapera Lizzo logró tres, al igual que Gary Clark Jr., mientras que Rosalía se estrenó con uno.

Los integrantes de la Academia Nacional de Grabación de Artes y Ciencias de Estados Unidos convirtieron la madrugada del lunes a la jovencísima Billie Eilish -de 17 años cuando fue nominada- en la estrella musical del último año gracias a su exitoso debut, When we all fall asleep, where do we go?, y a canciones como Bad guy. Su mezcolanza de baladas sentidas, r&b, electrónica, pop y trap se llevaron los cuatro galardones más importantes de la noche.

Eilish, vestida con sus habituales prendas anchas, uñas estratosféricas y el pelo teñido de verde en parte, subió al escenario a recibir el premio a mejor nueva artista, canción del año, grabación del año y álbum de 2019. Y lo hizo siempre junto a su hermano, el compositor y pianista Finneas O'Connell, que también recibió dos Grammy por su trabajo de producción en el disco de Billie y el general del año.

Eilish agradeció el apoyo de los fans, "por quienes estamos aquí", y mostró su sorpresa ante la avalancha de Grammys. "Nunca pensé que fuera a pasar esto. Aunque parece que nunca me tomo las cosas en serio", indicó, "estoy agradecidísima de estar aquí". Su hermano, "mi mejor amigo", le presentó Eilish, se mostró "confuso pero agradecido", e indicó que su trabajo no busca este tipo de reconocimientos.

"Hicimos esta música juntos en nuestro dormitorio y seguimos haciéndolo", indicó O'Connell en alusión a un repertorio audaz, aglutinador de estilos y rupturista en sus letras, que versan sobre los terrores nocturnos, los problemas disfuncionales, la depresión y "ser el malo, sea lo que sea eso", indicó O'Connell. La joven cantante ya era historia al ser la nominada más joven -antes lo fue Cristopher Cross, en 1981- a las cuatro categorías principales; más aún después de ganarlas.

Tras Eilish, la oronda Lizzo fue la triunfadora de la velada al lograr tres Grammy con la mezcla de rap y r&b de la canción Truth hurts y su disco Cuz I love you, aunque aspiraba a ocho y ninguno de los logrados fueron los principales. Otro tres galardones recibió el cantante y guitarrista de color Gary Clark Jr. con su mezcla de rock y r&blues, especialmente por su canción antirracista This land. En el ámbito estatal y latino, Rosalía se convirtió en la primera artista femenina española en lograr un Grammy al mejor álbum alternativo de música latina por El mal querer. Alejandro Sanz repitió, en este caso por el mejor álbum pop latino por #ElDisco.

Otros galardonados La Academia, que otorgó premios a su trayectoria a John Prine, Iggy Pop, Public Enemy, Chicago, Robert Flack, Isaac Hayes, Sister Rosetta y Philip Glass, concedió el Grammy a mejor disco electrónico por No geography a The Chemical Brothers; el mejor de folk, a Patty Griffin; mejor de Americana, a Keb'Mo'; a Angelique Kidjo, en músicas del mundo; a Vampire Weekend, en música alternativa; a Cage the Elephant, en rock; a Tool, en metal; a Gloria Gaynor, en góspel de raíces; a Tanya Tucker, en country; al pianista Brad Mehldau, en jazz instrumental, y a Esperanza Spalding, en jazz vocal.

La velada, conducida magistral y emotivamente por Alicia Keys y poblada de referencias a Kobe Bryant y su amor por la música, ofreció múltiples actuaciones, de la sencilla de la veterana Bonnie Raitt, en homenaje a John Prine, a otras espectaculares, como el tributo a Prince ofrecido por Usher, con la percusionista Sheila E.; la locura espasmódica del rapero Tyler, the Creator; la sentida de Camila Cabello, que hizo llorar a su padre; la imparable de Aerosmith junto a Run DMC, que levantó el pabellón con su mezcla de rap y hip hop, y la de Rosalía, que alternó las raíces flamencas de su estreno, Te juro, con las urbanas de Malamente.