Bilbao - Tras poner en escena Macbeth el pasado año, la compañía Khea Ziater vuelve al Teatro Arriaga con una nueva propuesta que aúna teatro y cine. Lo hace con la obra Oymyakon: habitación 101, un "film escénico" dirigido por Alex Gerediaga. La compañía bilbaina mostrará su creación propia los próximos días 28 y 29, a partir de las 19.30 horas, con una obra que estará protagonizada por Arrate Etxeberria, Txubio Fernández de Jáuregui y Miren Gaztañaga.

Esta es la séptima producción de la compañía Khea Ziater, y su quinto filme escénico, en el que Gerediaga ha trabajado con su equipo artístico habitual conformado por Azegiñe Urigotia, Oier Ituarte, Javi Andraka, Jesús Pueyo, Son Aoujil e Ibon Aguirre.

Es, según explicó ayer el propio Gerediaga, una "tierna tragedia", en la que ponen sobre las tablas a tres personajes distintos sumidos en la soledad debido a hechos traumáticos. Y es que según el director, son tres personalidades que en su soledad habitan en un pequeño espacio, una habitación, "que refleja la intimidad en la que uno sufre el dolor. Hemos llegado a pensar que puede ser el espacio del dolor".

Miren Gaztañaga apuntó que "los tres acaban siendo reflejo del espectador que mira. Las tragedias pasan dentro de la habitación, pero acaba siendo el espacio del dolor. Todos lo tenemos. Huimos, explotamos en él, y lo ponemos en escena". Y es que la habitación es, "un espacio íntimo, un espacio sin puertas".

Aunque el planteamiento sea a simple vista "duro", Gerediaga dirige la creación "hacia la luz", y por eso, incide en la relación entre los personajes que encarnan Gaztañaga, Etxeberria y Fernández de Jáuregui. ¿Por qué? "Para reflejar la necesidad que tenemos del otro, de compartir, ser escuchado, abrazar? que como humanos nos es necesario". Y eso precisamente, según Etxeberria, es lo que la hace "una obra muy humana".

Por eso, el título elegido no es mera casualidad, y es que Oymyakon es, como explicó ayer Gerediaga, el pueblo habitado más frío del planeta, situado en Siberia, y dado que la obra habla del "frío de las ausencias y las pérdidas", es un título muy simbólico. Por otro lado, habitación 101 hace referencia a la novela 1984, de George Orwell, que era la habitación en la que se torturaba a los presos con sus propios miedos. Por eso, "como la historia se lleva a cabo en una pequeña habitación pensé que podía reflejar lo que contábamos", incidió el director de la obra.

Códigos cinematográficos Con Oymyakon: habitación 101, Khea Ziater continúa avanzando en su línea de búsqueda en torno a la relación de códigos escénicos y cinematográficos, en los que los audiovisuales tienen suma importancia. A través de ellos, se consigue que "ciertos diálogos no se desnaturalicen", como puede pasar en el teatro. Tal es la apuesta por esos códigos cinematográficos, que Gerediaga admitía ayer que "en algún aspecto está ganando el cine" sobre los códigos escénicos del teatro. Ejemplo de ello son "los propios tiempos de la obra" que tienen más que ver, según Gerediaga, "con el cine que con el teatro". "Hasta la puesta en escena se parece más a un set o un plató", subrayó el director de la obra.

Aún así, Gerediaga hizo hincapié en que, a pesar de que la influencia cinematográfica es importante, tiene claro que está haciendo teatro, "y es lo que quiero hacer". "Me gusta ver cómo en el teatro cambian las cosas, donde no está todo grabado. Solo añadimos escenas para contar cosas que narrativamente son más viables; cosas que solo a través del teatro no se podrían contar". Y es que, como añadió Fernández de Jáuregui, "tiene que funcionar como una sinfonía".

Como explicó ayer el elenco de la producción que se estrena la próxima semana, para ver la versión en euskera habrá que esperar hasta octubre. Además, en esa versión Txubio Fernández de Jáuregui seguirá interpretando su papel en castellano, mientras que Arrate Etxeberria será sustituida por Leire Ucha.