Donostia - Juliette Binoche fue la estrella internacional del día en la tercera jornada del Zinemaldia, donde presentó La verdad, una cinta del japonés Hirokazu Kore-eda en la que comparte protagonismo, por primera vez, con Catherine Deneuve. “Estoy enamorada de Catherine desde pequeña”, dijo la actriz francesa, “trabajar con ella ha sido un sueño y al mismo tiempo algo normal y real porque en este oficio tarde o temprano te acabas cruzando”. Haciendo gala de muy buen humor, Binoche confesó que siendo más joven un vidente le soltó una vez: “Mira, no eres Catherine Deneuve” y es algo que no ha olvidado. Acto seguido aclaró: “Tenía miedo y necesidad de reafirmarme a mí misma, por suerte ya lo he superado, ya no voy a videntes”.

La actriz también contó que durante el rodaje trató a Deneuve como una madre, que es la relación que tienen en la ficción, la historia de una diva del cine (Deneuve) que se aferra a la fantasía y se resiste a confrontar la realidad, incluida la complicada relación con su hija (Binoche), que vive en Nueva York y decide ir a visitarla unos días junto a su marido (Ethan Hawke) y su hija. Una vez ganada la confianza mutua, Binoche asegura que entre ellas regía el humor. “Una vez intenté robarle un cigarro y no le gustó nada, me dijo que no se lo iba a devolver. Más tarde le di un paquete y me dijo que no era lo mismo, porque no era el cigarrillo bueno”. Binoche, que en la ficción es guionista, se confiesa una apasionada de su trabajo en la vida real, aunque también dice no tener miedo a no volver a ponerse nunca más delante de una cámara. “No tengo tiempo de respirar entre película y película”, dice la actriz, que tiene otros tres títulos pendientes de estreno. “Pronto me voy a tomar un tiempo hasta fin de año para no hacer nada, es una necesidad absoluta, es importante saber parar, y no me angustia en absoluto la idea de no volver a trabajar”, aseguró.

La verdad de Kore-eda, que compitió en el pasado Festival de Venecia, se presenta en el Zinemaldia en la sección Perlas, una selección de lo mejor de otros certámenes internacionales. Se trata de la primera producción europea -rodada en Francia- del ganador de la última Palma de Oro de Cannes, un drama ligero y con toques de comedia, que juega con las contradicciones entre realidad y ficción. - M. Tsanis