Los viejos y los nuevos rockeros nunca mueren
la iniciativa rock’n’kids, creada por dos vascas, reunió a cientos de adultos y niños en torno a su pasión: la música
Hay que ver lo quietecitos que se están los niños cuando les gusta algo”. Amaia Saitua, experta peluquera y esteticien, hacía este sabio comentario tras decorar con mimo las caras de decenas de pequeños Gene Simmons y Bowies. Pilar, mujer del teclista y director musical de Rock’n’kids band, se echaba las manos a la cabeza porque a las 13.30 horas ya se había quedado sin guitarras de plástico, y aún le pedían más. Mientras los txikis y sus aitas le daban al tambor de plástico -en realidad unos cubos dados la vuelta y unas baquetas-, Naia se medio escondía tras su madre, Eva, hasta que se deshinibió al hablar de música. Una gran estrella naranja cubría la mitad de su bonita cara: “Es lo que más me gusta de Rock´n´kids, que me pinten”, aseguró, al tiempo que otros pequeños rockeros posaban como au-ténticas estrellas en el Photocall.
En realidad, ¿quién lleva de la mano a quién en Rock´n´kids? ¿Los padres a los hijos o los niños a los adultos? “Esta iniciativa nació de unas madres a las que nos gusta mucho la música, y montamos esta compañía para que padres y niños se diviertan juntos. Porque al compartir la música tenemos la oportunidad de conectar con sus sentimientos y crear complicidad”, explicaba con entusiasmo Eva Castillo, quien, junto con Lucía Benítez, lleva un año promoviendo fiestas, conciertos y otros perfiles de eventos en los que el buen rollo que genera Rock´n´kids es el protagonista. Y qué mejor marco que el BBK Live para desarrollar esta fiesta-homenaje al Rock con mayúsculas.
“Esto es una filosofía de vida. Somos padres rockeros a los que nos importa la Educación musical en general, y luego tiramos para un lado u otro, con más tendencia a unos u otros estilos. No funcionamos por un trending. Lo que nos une a todos es una actitud, el rock´n´roll es una actitud”, explicaba Raquel Lázaro, de Getxo, quien no se pierde una edición del BBK Live ni las fiestas de Rock´n´kids, con gran arraigo en Malasaña. Su amiga Ana Vergara, que se había ido a correr a primera hora, llegaba moviéndose al ritmo de los primeros compases del concierto en directo, con energía, pues “todavía nos queda la noche”, sonreían estas marchosas amatxus.
profesionales de la diversión Y, como jugar es algo muy serio, las responsables de Rock´n´kids se rodean de músicos especializados en percusión, de maquilladoras que han trabajado muchos años con la Abao y compañías de teatro, y con una banda de rockeros veteranos cuyo vocalista, Saúl, fue nominado para los Premios de la Música, por ejemplo. Entre los asistentes se distingue a una chica que se parece muchísimo a Amy Winehouse. Se trata de Mª del Puy Amasuno, también madre, además de excelente cantante. Su hijo pequeño, Lander, de 3 añitos, empuña con fruición una guitarra de plástico, previendo con gran alegría que por la noche iba a disfrutar de un concierto de Rosendo. Aunque, donde esté su amatxu... Lander admitía que prefiere ser espectador de ella. Hasta el punto de que, en una de sus actuaciones, “en el Antzoki”, Lander se arrancó y se subió al escenario...
“Ya cantaba con él en la tripa”, contaba Puy, mientras su hijo mayor, Xabier, se paseaba con su cara pintada de Simmons. “Es un planazo: nos juntamos muchos amigos, y además les gusta venir a vernos actuar”, anunciaba Puy antes de subir al escenario y empezar un conciertazo que repasó los mejores hits del rock de los 70, 80, 90... Al final, todo el mundo pedía a coro Beste bat, beste bat..., con madres encantadas de bailar a sus bebés al ritmo de Europe, AC/DC, Winehouse, Deep Purple... Al final, al comenzar los compases de Bailando, de Alaska y los Pegamoides, todos los concurrentes movíamos las cabezas de arriba abajo, como si estuviera planificado...
¿Y tantos periodistas rockeros hay? Por allí andaba, con cara vacacional, Dani Álvarez, de Radio Euskadi. El pequeño y guapo Arnau portaba una camiseta similar a la de su aita, donde rezaba Iron Maiden, y probaba con afán a iniciarse en la batería, ayudado por su madre. No muy lejos, Aimar, hijo de Alain Laiseka y Aran-tza Durán, se hacía todo concienzudo con una de las pocas guitarras de plástico que quedaban. Al llegar Merkel con su ama, Pilar tuvo que inflar la última guitarra a pulmón, ya que el inflador se había estropeado. Pura pasión rockera. Entretanto, StarSuperstar incitaba al respetable: “Aupa Bilbooooo!”, y resonó en todo Pedro Ibarretxe Highway to heeeeell...
Ni cantajuegos ni clases serias: nociones básicas de música, talleres y supervisión psicológica. Y rock del bueno. Pura pedagogía.
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