AYER el Guggenheim se vino arriba. Sacó pecho y ahuecó su piel de titanio. Así, con chulería. Era su noche. Y es que, bajo su potente cascarón de diseño, su creador, Frank Gehry, soplaba las velas. Llovía. Como debe ser en este Bilbao besado por el Nervión. Y el agua mansa y fría que caía del cielo chocaba contra la dermis del museo en un brindis de agua y metal. Los que seguro que no le encontraron ni pizca de encanto a la machacona lluvia nocturna fueron los invitados a la cena que se celebró en el museo en honor al arquitecto. Los tacones, los vestidos largos y las chaquetas de etiqueta no son compatibles con los charcos y los aguaceros... Ya dentro, a resguardo de la fría noche, en las cálidas entrañas del museo, el director del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, ejercía de anfritión. Allí estaba el lehendakari, Iñigo Urkullu, con su mujer Lucía Arieta-Araunabeña, así como el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao. También asistió Cristina Uriarte, consejera de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno vasco, que acudió con Mikel Sanz. Estuvo Josune Ariztondo, diputada de Cultura, y los concejales del Ayuntamiento de Bilbao, Ibon Areso, Ibone Bengoetxea, y José Luis Sabas, así como el lehendakari José Antonio Ardanza, que acudió con Gloria Urtiaga.
Entre los miembros de honor asistentes estaban Pilar Aresti, José María Arriola, Rafael Orbegozo y Carmen Gomeza, José Antonio Isusi, Alejandro Aznar y Alfonso Basagoiti. Y no faltaron Begoña Anasagasti y Javier Andrés, director general de Editorial Iparraguirre, empresa que forma parte del Patronato del Museo Guggenheim. También estuvieron Juan Mari Sáenz de Buruaga y Jorge Sáenz de Azcúnaga. Entre los artistas asistentes estaban Miquel Navarro, Elssie Ansareo, Jesús Mari Lazkano y Darío Urzay, y acudió el arquitecto Rafael Moneo así como Carmen Giménez. También fueron Joxean Muñoz y Pedro Carreras. Y no faltó el director del museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Viar, así como el jefe de conservación de esta pinacoteca, José Luis Merino. Por supuesto, allí estuvo Jon Azua, miembro de la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York, así como los comisarios Petra Joos y Álvaro Fominaya, el arquitecto César Caicoya y Asier Atutxa, presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao.
Tampoco faltó el director del palacio Euskalduna, Jon Ortuzar, así como José Alberto Pradera, Antón Pradera, Begoña Lertxundi, Emelina Díez, Juanjo Loroño y Txus Lanza. Allí estaban el diseñador Ion Fiz, y Begoña Marañón, Arturo Trueba, y Julio Alegría. Josean Alija, cocinero del Nerua, orquestaba el menú para que todo estuviera perfecto. Y mientras dentro brindaban, fuera, bajo la lluvia, Puppy hacia guardia, vigilante. Como siempre.