SOBRADO, enérgico, exultante, el caballo percherón de Chris Froome ha superado las tres etapas de los Pirineos de la misma manera que hizo en primavera con el pavés. Colosal, como las cimas que han ascendido en estas jornadas pirenaicas. Geraint Thomas, el corredor gales se está mostrando imponente. Nadie le hace sombra, ni su propio jefe de filas. El corredor oriundo de Cardiff es doble medalla de oro en los Juegos Olímpicos en la modalidad de persecución y triple campeón mundial. Domina el velódromo de la misma manera que en primavera hizo con los adoquines y ahora hace con los puertos pirenaicos. Es el fiel escudero de Froome, quinto en la general y quien sabe si no será uno de los tres que suban al podio de París.

Es sorprendente la manera en la que está destacando como escalador en este Tour, más si tenemos en cuenta su victoria en la E3-Harelbeke, el arranque de las clásicas de primavera, donde fue uno de los hombres destacados. Fue tercero en la Gante-Wevelgem y se partió la cara para estar en todos los cortes de la Milán-San Remo. Un clasicómano de toda la vida. El galés está considerado uno de los mejores pistards y su nombre es uno de los habituales en las quinielas de las pruebas primaverales. En la ronda gala ha surgido una nueva versión. Imponiendo el ritmo en las subidas junto a Richie Porte, saliendo a los ataques y siendo el controlador del pelotón.

Está temporada ya se alzó con el triunfo final en la Vuelta al Algarve y estuvo a punto de repetir en la Vuelta a Suiza, en la que finalmente fue segundo. Rondas para escaladores, en lo que parece haberse convertido Thomas. Resultó llamativa su ascensión el martes a La Pierre-Saint Martin, encabezando el pelotón, seleccionándolo, destrozándolo. Tuvo tiempo en los últimos metros para cazar a Valverde y dedicarle una carantoña. Pletórico.

controlador de los pirineos Ayer, en la ascensión a Plateau de Beille, fue quien tiro de Froome una vez comenzaron los ataques. Al ceder Porte, impuso la calma. Solo cuando el líder decidió arrancar, Thomas perdió unos metros. Momentáneamente, la sorpresa del Sky volvió a encabezar el grupo y con el llegó la tranquilidad, o mejor dicho, el temor. Los rivales tienen más que respeto a los guardaespaldas del maillot amarillo. Al concluir la etapa reina de los Pirineos, Thomas aún tuvo fuerzas para comentar la jornada: “Cuando Quintana atacó, yo pensé, oh no, porque Porte ya se había quedado y toda la presión recaía en mi. Afortunadamente, tenía buenas piernas y poco a poco fui capaz de cogerle. Cuando eso ocurrió me sentí confiado, había sido capaz de atrapar a Nairo”. Sobre su papel en la carrera subrayó que su misión es ayudar al líder: “Estoy bien situado en la general pero no pienso en ello”. Froome, en cambio, no descarta que le acompañe en el cajón de Los Campos Elíseos.