EN estos días se está rumoreando la posible llegada de una etapa del Tour de Francia del año que viene a la zona de la Piedra de San Martín, con paso por Irati. No sé qué hay de cierto en estos rumores, pero en pocos meses lo sabremos, ya que el Tour de Francia es la primera grande en presentar su recorrido para la siguiente edición.

Pero, sea o no sea verdad el que el Tour llegue a este rincón de Euskal Herria, a caballo entre Nafarroa y Zuberoa, de lo que no hay duda es que esta zona de los Pirineos es una de las más bellas, de las más salvajes y en la que se concentran los puertos más duros de toda la cordillera. Es cierto que no tienen la fama de los grandes puertos como son el Tourmalet o el Aubisque, pero es porque el Tour de Francia ha empezado estos últimos años a descubrir tímidamente estas subidas, como la de la Piedra de San Martín, por cualquiera de sus diferentes accesos por el norte, Larrau, un puertazo subiéndolo desde el pueblo del mismo nombre, Bagargi, vecino de Larrau y con una dureza incluso superior, y otras subidas escondidas entre rutas de pastores que esconden muchos tramos de rampas imposibles en subidas largas. En fin, un paraíso para los que buscan puertos duros.

Los cicloturistas tienen la oportunidad de conocer estas carreteras en algunas marchas muy bonitas (y duras) de esa zona, como la Larra-Larrau, en Isaba, la Irati Xtrem, en Otsagabia, o la nueva Orbea Pax Avant, también con salida en Isaba.

Las dos últimas marchas ya se han celebrado hace unas semanas, pero la Larra-Larrau tendrá lugar el 7 de septiembre, y aunque las inscripciones se han cerrado el 7 de agosto voy a aprovechar esta sección para describir su bello recorrido (su variante corta), que siempre está a nuestra disposición.

Como he dicho, la salida y la llegada se sitúan en el pintoresco pueblo de Isaba, un pueblo encantador cuyas casas de tejado de pizarra y sus calles empedradas forman un conjunto perfecto entre las montañas que le rodean.

Salimos hacia el norte, para atravesar el mágico valle de Belagua. En la zona conocida como el Rincón de Belagua comienza la subida hacia la Piedra de San Martín, no excesivamente dura por esta cara, y que nos permite disfrutar de unas vistas inolvidables hacia el valle y hacia montañas como el Anie-Auñamendi, un monte de personalidad propia que atrae irremediablemente a los mendigoizales vascos.

Antes de llegar al mojón 262, la famosa piedra de San Martín, pasamos por lugares famosos, como la venta de Juan Pito, el refugio de Belagua, el portillo de Eraize o la curva helicoidal, que sorprende al cicloturista cuando la carretera gira sobre sí misma para atravesar la zona kárstica de Larra, un caos de rocas y de pequeños pinos negros.

En la cima (km. 26), la piedra en la que se realiza el Tributo de las Tres Vacas cada 13 de julio se nos presenta más pequeña de lo que muchos creen. La bajada es difícil, muy empinada, hacia la pequeña aldea de Sainte Engrace (km. 41) hasta el cruce que, girando a la izquierda (km. 52), nos lleva al inicio del duro puerto de Larrau, que en nada tiene que envidiar en dureza al famoso Tourmalet.

Al paso por el pueblo de Larrau (km. 61) hay un pequeño descanso y de aquí sale también la subida a los Chalets de Irati por el durísimo Col de Bagargi, para el valiente que quiera subirlo alargando un poco la ruta.

El Col de Larrau nos deja en su cima (km. 73) en las mismas faldas del monte Orhy, el primer 2.000 de los Pirineos viniendo del Cantábrico. Poco antes de la cima tendremos un pequeño respiro tras el Col de Erroymendi, una antecima de Larrau.

La bajada por la vertiente navarra es muy cómoda y segura y nos deja en un cruce a la izquierda (km. 84) que nos devuelve a Isaba tras subir el suave portillo de Lazar (km. 87). Llegamos de nuevo a Isaba tras casi 100 kms. llenos de dureza, paisajes increíbles, y recuerdos memorables para nuestro historial cicloturista.