La mezcla de realidad y ficción a causa de las drogas y de sus efectos psicotrópicos ha acabado por ser letal en las localidades de Coria y Plasencia, en la provincia de Cáceres. Una partida de cocaína adulterada es la principal sospechosa de quitarle la vida a dos hombres de mediana edad y de una gran cantidad de intoxicados en toda la comarca desde el pasado 21 de agosto.

La droga fue cortada con alguna sustancia tóxica responsable de las defunciones, además de una larga retahíla de efectos secundarios como sorprendentes alucinaciones o comportamientos paranoides que traspasaban la barrera de lo absurdo y lo real. Entre otras ilusiones fruto del estado en el que se encontraban, alguna de las víctimas frió huevos en jabón de lavavajillas al confundir este con aceite de oliva, otras pensaron ser el objetivo de enanos que les perseguían, otras creyeron tener todo el cuerpo repleto de insectos como cucarachas y otras, se rociaron con insecticida para hacerlos desaparecer.

Son solo algunos de los testimonios relatados por las víctimas a las autoridades, que se encuentran investigando lo sucedido, tanto la composición de la sustancia como los efectos que causó en el cerebro de las dos víctimas mortales. Afortunadamente, la rápida actuación de la Guardia Civil y la Justicia ya han llevado a uno de los traficantes que vendió la cocaína adulterada a prisión.

El caso comenzó en la madrugada del sábado 21 de agosto, cuando la Guardia Civil de Coria levantó el cadáver de un hombre de 37 años, Alejandro, que había fallecido en su casa. Una bolsita con restos de cocaína en la cocina despertó las sospechas de que el hombre había consumido esa noche y a lo mejor había sufrido una mala reacción. Poco después, comenzaron a llegar personas intoxicadas al Hospital Ciudad de Coria: primero tres, luego cuatro€

La Guardia Civil estableció un protocolo con los complejos sanitarios para que informaran de cualquier caso similar que se produjera en las próximas horas. En suma, durante el fin de semana, hasta nueve personas quedaron ingresadas, más otras cinco que pasaron por Urgencias aunque no requirieron de hospitalización.

Las declaraciones de las víctimas, al principio reticentes a reconocer qué tipo de sustancia habían consumido inmediatamente antes de presentar ese estado de intoxicación, ha sido determinante en la investigación de las autoridades. Finalmente, las víctimas y consumidores terminaron por identificar al camello, un tal José Antonio L., un camello de la zona que, al enterarse de lo que estaba ocurriendo, decidió retirarse temporalmente a Plasencia, municipio que dista 47 kilómetros de Coria.

Mientras los Juzgados pertinentes abrían una investigación contra José Antonio y le enviaban a prisión provisional sin fianza por negarse a colaborar, otras víctimas intoxicadas relataban su testimonio. Entre otros efectos secundarios: personas que llevaban horas y horas sin poder orinar, paranoias constantes, alucinaciones fuertes, pérdida de visión a causa de la dilatación persistente de las pupilas.

Alguno de los afectados ha entregado los restos de cocaína sin consumir, que serán analizados por el Laboratorio Criminalístico de la Guardia Civil en Madrid. Asimismo, se han mandado a analizar al Instituto Legal de Sevilla las vísceras de la primera víctima, que dio positivo en cocaína.

Segunda víctima moral

Las autoridades pensaban que el caso se iba cerrando cuando a mediados de esta semana apareció una segunda víctima en Plasencia, donde había huido el camello. Tanto la Fiscalía como la Guardia Civil están convencidos de que este caso está relacionado con el de Coria, y hace pensar que la distribución de la cocaína mal cortada viene de un camello mayor que vende, a su vez, a otros pequeños intermediarios entre este y los consumidores.

Las autoridades están muy preocupadas: la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, alertó el viernes sobre el peligro de consumir esta droga que aún no se sabe a cuántos puntos de la región ha podido llegar y temen que tenga efectos a medio o largo plazo en la población.