L Stella Maris Berria es un atunero destinado al desguace. Sin embargo, Iñigo Mijangos e Iñigo Gutiérrez, dos miembros de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, tienen una idea insólita: transformar el pesquero en un barco de rescate para salvar a los refugiados que se ahogan en el mar Mediterráneo. Así nace el Aita Mari, una suerte de buque-fantasma cuya santabárbara está cargada de buenas intenciones y dificultades para zapar.

Aita Mari es el título del documental rodado en 2021 por Javi Julio y que ayer se proyectó en Bilborock por impulso de Caostica, dentro de su programa Gizazinea, que quiere aunar la educación en valores y los derechos humanos, con la creación artística y audiovisual, para propiciar un acercamiento a algunos temas de actualidad, como pueden ser la lucha de las mujeres por la igualdad, la diversidad funcional, la privación de libertad, la violencia institucional o el refugio, a través del cine, las artes plásticas, la música o la literatura, con el objetivo de fomentar la reflexión, el coloquio y la tolerancia.

Todo ocurrió en colaboración con la Plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak-Bizkaia, representada ayer por Víctor Pozas (toda la recaudación, a 3,50 euros la entrada, fue a parar a las arcas de la plataforma...), quien mantuvo un coloquio con Iñigo Mijangos tras la proyección del documental. La gente de Caostica como Jon Dopico, Xabier Uria, Yunuen Cuenca, Brais Rodríguez o Iñigo Portillo entre otros manejaron las velas, si es que se puede decir así, para que hubiese una buena singaldura en la tarde. Lo lograron.

El documental narra la odisea, de más de dos años de duración, de la nave, desde su reconstrucción hasta la culminación del primer rescate. Tras las complicadas obras de reacondicionamiento, que se completan gracias a la ayuda desinteresada de trabajadores y voluntarios, la tripulación se enfrenta a un enorme contratiempo: el Gobierno de España niega el permiso para zarpar. Desentraña los motivos de las trabas burocráticas y los intereses europeos que se esconden en la decisión de impedir misiones como las del Aita Mari. Casi un año después, la tripulación encuentra la manera de desbloquear la situación y logran partir. Una vez en el Mediterráneo, comienzan a buscar pateras en una zona custodiada por Libia, un Estado fallido. Las imágenes muestran un rescate además de un tenso encuentro con una patrullera libia. Aita Mari es la historia del esfuerzo colectivo de un conjunto de ciudadanos anónimos para socorrer a personas que huyen de la guerra y el hambre.

Poco a poco fue poblándose la sala de Bilbrock. Trabajaban en la trastienda, entre otros, Santi López y Leticia Viñas mientras llegabaa la cita Luisa Menéndez, con la bandera amarilla de Ongi Etorri Errefuxiatuak, Lorenzo Portillo, quien fuera presidente de la Cámara del libro; Itziar Fernández, Rafa Amezaga, María Sánchez , Amaia Amezaga, Nagore Ruiz, Aitziber Urrutia, Cristina Arriaga, María josé Bengoetxea, Gorka Etxebarria, Nagore Ziluaga, Jon Nocedal, Amaia Arrieta, Ainara Arkotxa, Haizea Pérez Isasi, Rubén Alonso, José Luis Urrutia, Jaiver Agirre, Naroa Bilbao y un buen número de personas sensiblizadas.

El documental fue propulsado por Nervio, una plataforma desde donde ejercer un documentalismo independiente, con contenido social y compromiso cultural. Sus proyectos contribuyen a fomentar la participación, el debate y la sensibilización sobre temas relacionados con los Derechos Humanos.

El documental Aita Mari se preestrenó dentro de la programación del Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián y tuvo una calurosa acogida. La producción de Santi Donaire, la banda sonora de Pello Ramirez y el montaje de Igor Arabaolaza dieron el toque artesano a una cinta singular.

Caostica, en colaboración con Ongi Etorri Errefuxiatuak-Bizkaia, proyectan el documental 'Aita Mari' en Bilborock

La proyección tuvo lugar en la programación de Gizazinea y contó con un coloquio posterior con Víctor Pozas e Iñigo Mijangos