S entrar en el local y a uno le recibe la voz de Bob Dylan, uno de lo amores profundos de Juan Carlos Escauriaza, Zampa, todo un trotamundos de la hostelería que empezó en La Pianola, allá en Areeta y desde allí zarpó a conocer mundo. Inglaterra, Estados Unidos, Palma y el resto de islas baleares, Valencia, Canadá y un sinfín de localizaciones más para una vida ajetreada que ha desfilado por heladerías, bares de copas, galerías de arte y discotecas. Uno sospecha que Zampa Dylan Café, el local que inauguró ayer a la altura del número 31 de Las Mercedes (Areeta) es un santuario para tanto trajín, un pulmón que le da respiro. Basta con escuchar a su idolatrado Bob Dylan al entrar; ver obras de arte de Erika Nolte, Concha Lafuente o Carmen Guevara Mendoza, entre otras artistas colgadas de la pared (las exposiciones cambiarán de aires cada 29 días...); probar la golosura que llevó Aarón González en nombre de Café Lavazza (se trata de un nocciolato, una receta firmada por Ferrán Adriá elaborada con nutela, nata, avellana crocante y polvo de cacao acompañando al café...), hojear la carta de encargos que servirán a domicilio o probar los sandwiches y cazuelitas que sirven in situ para intuir que Zampa está donde quería.

No ha sido fácil llegar hasta allí, máxime si se juzga que su padre hubo de exiliarse a la Guinea española durante la Guerra Civil, de donde volvió a Bilbao con importaciones de coco y café. A Zampa le acompañaban ayer en esta calma ilusionada Maitena Escauriaza, Susana Yanke, Elvira Burreso, Pilar Gómez de Mariaca, Ana Trueba, Eugenio Behal; la periodista Begoña Zubieta, Joseba Antuna, Santos Núñez, un hombre también muy viajado por las tierras de la hostelería, Julio Artero, Javier Larraona y un buen número de hombres y mujeres invitados y otros tantos que se sumaron al festejo al encontrárselo de bruces de paso. Para todos ellos el nuevo local es una oportunidad más de la calle, un espacio al que acercarse cuando uno busque momentos de relajación y avituallamiento. La conexión entre ambas cosas ejercen sobre el personal la atracción de piedra imán. En ello se esmeran Zampa y los suyos.

Cuentan los papeles que la variedad de sandwiches para llevar es mayúscula. De 25 habla la carta. Entre ellos, clásicos como bonito con pimiento verde y anchoa, jabugo con pan tumaca o sin tumaca, cangrejo en salsa rosa, el inmortal de jamón York y queso, chorizo ibérico, vegetal, roastbeef, salmón ahumado, tomate y queso o bonito picante y otros más avanzados como redondo con Cabrales, pierna de cordero agridulce, foie a la pimienta verde, pollo al curry o al ali oli o pepinillos al limón. Todo un mundo gastronómico servido a domicilio.

Testigos de todo cuanto les cuento fueron un puñado de fotografías de Bob (se me olvidaba, Zampa también ha trabajado como organizador de conciertos...), el farmacéutico Germán Martínez Azumendi, Natalia Álvarez, Javier Gutiérrez, Gorka Iraragorri, Hipólito García Mónica Ortega, Aitor García, Ainhoa González, Joseba Zarate, Mari Carmen Izquierdo, Marisa Sánchez, María Jesús Santos y otro buen puñado de gente que fue acercándose poco a poco, al goteo, en una tarde cargada de ilusiones pese a que las conversaciones estaban barnizadas con el inevitable uso de la mascarilla. Para inmortalizarse en la fotografía hubo la deferencia de quitársela pero he de dar fe que la inmensa mayoría se comportó como mandan los cánones sanitarios, como hombres y mujeres de bien. Y bien informados y dispuestos.

Inauguración de Zampa Dylan Café a la altura del nº 31 de la calle Las Mercedes (Areeta) con la figura de Zampa como patrón

El local venera la música de Bob Dylan, funciona como galería de arte, defiende sandwiches y cazuelitas y lleva comida de encargo