EL fugu es la quintaesencia de la cocina japonesa. El plato por excelencia que no debe faltar en una gran mesa que se precie de ello. El fugu, o pez globo, se sirve ceremoniosamente en forma de finos filetes crudos, sashimi, que se acompañan con especias. O también existe la opción de tomarlo junto a la tradicional sopa conocida como chirinabe.

Se trata de una delicatessen que se degusta desde hace siglos y que compendia las características del país del sol naciente: precisión, sencillez, sabores potentes, respeto por la tradición y devoción por un producto excelso. Ojo, el fugu queda fuera del alcance de los cocineros ordinarios; el chef que lo manipula debe contar con una acreditación muy especial para tratarlo. Comer pez globo en Japón es toda una experiencia que se aleja de lo banal y produce sensaciones fuertes.

Existe una marca nipona de automóviles que es al mundo del motor lo que el fugu a la gastronomía. Se trata de Subaru. La firma del logo de las cinco estrellas, las Pléyades, diseña y construye vehículos sólidos, afamados por su vigor, su fiabilidad, su corazón boxer y la tracción a las cuatro ruedas. El legendario Impreza WRC, una centella que dejaba en las carreteras una estela azul corporativo, es buena muestra de ello.

El fabricante actual, que cuenta con un 20% de capital Toyota, es heredero de la compañía aeronáutica fundada a principios del siglo por el primer piloto de aviones japonés de la historia, Chikuhei Nakajima. En 1953 la empresa se fusionó con otras cuatro fábricas y nació Subaru. Por eso eligieron distinguir sus máquinas con cinco estrellas en sobre el frontal: la constelación de las Pléyades.

Actualmente, además del citado Impreza, producen el XV, el Outback, el Forester, el Levorg y el BRZ. Y no solo para el país del sol naciente, también para Estados Unidos, donde venden buena parte de su producción, y Europa.

Como los tiempos exigen, la marca de las cinco estrellas está comprometida con las mecánicas híbridas y la opción del gas licuado o GLP, Aunque, eso sí, siguen manteniendo las innegociables señas de identidad Subaru.

Y, como también exigen los tiempos, Subaru apostó por la ciudad de moda, Bilbao, para uno de sus eventos importantes. La Convención 2020 reunió en el Botxo a representantes y delegados de casi cincuenta concesionarios de todo el Estado, y llenó el coqueto auditorio de Azkuna Zentroa.

Protagonizaron el evento, Pedro Cabeza, presidente y consejero delegado de Subaru; Carlos Olaso, director general de la marca; Jorge Belzunce, de Bergé, empresa importadora de los vehículos, y Arantxa Crespo, responsable de marketing. Ejerció de anfitrión Juan Ormazabal, del Grupo Ortasa, concesionario en Bizkaia. No faltó Juan Ángel Martínez, especialista de la sección de motor de DEIA.

Asistieron Esteban de la Peña, Ana Navarro, Rubén Fernández y los levantinos José María Olea, Juan Angulo y Jaime Angulo. Encantados con Bilbao se mostraban, por ejemplo, Ángel García, Pedro Lucía, Alberto Fernández, Antonio Sánchez, Sergio Martínez, Marta Casado, María Hernández y Fernando Parrilla.

También disfrutaron de la convención y la ciudad Fernando Jara, el catalán Josep Baldich, Justo Carmena, la madrileña Gemma Martínez, el leonés Julio Cabanas y el lucense Roberto Lucas. Lo mismo que Pepa García, Elena González y el elegante Andrés Aboitiz.

Aprovechando que el clima acompañó durante la jornada muchos optaron por los pintxos y el paseo durante su tiempo libre. Ana Muñoz, entre otros, se decantó por el Museo de Bellas Artes.

Bilbao tiene opciones para todos los gustos. Eso sí, es inútil pedir fugu. Mejor, Subaru.