CONTEMPLAR la ermita de San Pedro, en el barrio de Atxispe de Gamiz-Fika, en todo su esplendor, es posible ahora gracias a la tecnología y la labor desempeñada por Edestiaurre Arkeologia Elkartea, que a finales del pasado año llevó a cabo un trabajo de visualización con técnicas de fotogrametría en tres dimensiones y vídeo-montajes cenitales en los vestigios del edificio religioso.

Un proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Gamiz-Fika y la empresa de servicios de medio ambiente, cultura, ocio y turismo, Orbela, que se pusieron en contacto con la asociación arqueológica para llevar a cabo la realización de vídeos tridimensionales de la ermita y sus alrededores con técnicas fotogramétricas de sus elementos arquitectónicos. Una labor realizada por el equipo de Edestiaurre encabezado por Iñaki Libano y Sergio Vega, en el que tuvieron que hacer frente a las dificultades generadas por "la vegetación existente", pero que les ha permitido "valorar y documentar el estado de conservación de la ermita y su entorno" para futuros trabajos de limpieza, consolidación, restauración o investigación arqueológica, según apunta Iñaki Libano, presidente de Edestiaurre Arkeologia Elkartea.

Una vez concluido todo el proceso, el resultado ha supuesto "un avance sustancial" respecto al patrimonio arquitectónico del conjunto, donde se ha localizado en las prospecciones visuales del entorno "una nueva sepultura antropomorfa y un antiguo puente de sillería excepcional, probablemente del siglo XVIII, inédito hasta el momento", expone Libano al tiempo que subraya que son "únicas en Bizkaia". Así, los resultados de las prospecciones realizadas han dado con el descubrimiento de la sepultura cuatro, que "potencia enormemente lo que ya estaba documentado en el entorno de la ermita como necrópolis altomedieval", indica. Respecto al puente, explica que se trataría de una infraestructura que "uniría por un antiguo camino que actualmente no existe, la ermita de San Juan y la de Atxispe situada a 900 metros". Unos hallazgos "excepcionales" que han supuesto "un avance documental y patrimonial del municipio", argumenta.

Camino a San Juan Bautista

Sobre esta línea, como complemento al trabajo en la ermita de Atxispe, el equipo de Edestiaurre realizó también prospecciones del entorno para conocer la situación geográfica del conjunto monumental. "La localización de la abandonada ermita de San Juan Bautista, popularmente Jandonis, en el municipio de Morga, en el límite territorial con Gamiz-Fika, a 995 metros en línea recta de Atxispe, nos permitió el descubrimiento del antiguo camino relacionado con la unión de las dos ermitas", detalla Libano. Esta ermita de San Juan-Jandonis se encuentra "totalmente arruinada y data del siglo XVIII", señala. "Atxispe tiene una reconstrucción también en ese siglo, por lo que la relación entre ambas es evidente", agrega, aunque no pueden confirmar si "San Juan-Jandonis fue construida sobre una construcción anterior, como sucede en Atxispe". No obstante, "todo indica que pudo ser así", añade.

Por otro lado, el hallazgo del puente se produjo "gracias a las informaciones de Ima Vega", puesto que actualmente está "totalmente mimetizado entre la vegetación, no teniendo prolongación en sus extremos". Además, el camino que lo cruzaba se encuentra actualmente "desplazado de él unos treinta metros", sostiene. "Este puente de sillería es desconocido actualmente y tendremos que investigar su supuesta documentación. Está fabricado con sillares de una excelente factura y, supuestamente, fue utilizado hasta la década de los ochenta del siglo pasado, aunque podría tener una adscripción anterior remontándose quizás hasta época medieval", prosigue.

El proyecto se ejecutó en 2021 siguiendo el planteamiento de enlazar el Itinerario de la Memoria del Cinturón de Hierro de Gamiz-Fika con el enclave de la ermita de San Pedro de Atxispe. La ermita desempeñó un "papel protagonista" en la defensa del Cinturón de Hierro en los días previos a su caída, el 12 de junio de 1937. "Su emplazamiento estratégico en zonas de altura de la línea de ataque que se formaba hasta Montañalde supuso que fuera "defendido desde el ejército de Euskadi y, una vez tomado, un puesto importante de ataque de los franquistas", apuntan.

En este sentido, en 2017 el Ayuntamiento de Gamiz-Fika firmó el protocolo para la protección del Cinturón de Hierro y desde entonces, cada año ha ido desarrollando una serie de actuaciones de puesta en valor de los elementos que conserva el municipio. Estas actuaciones siempre se han realizado bajo estricto control arqueológico, con objeto de proteger y documentar debidamente los elementos. "Este trabajo servirá para valorar y documentar el estado de conservación de la ermita y su entorno para futuros trabajos de restauración e investigación arqueológica", según esgrime Libano.Antecedentes

A la hora de llevar a cabo el proyecto, los responsables de Edestiaurre han tenido en cuenta el estudio de Iñaki García Camino, Arqueología y poblamiento en Bizkaia, siglos VI-XII. La configuración de la sociedad feudal (2002), sobre la historiografía medieval de Bizkaia, en el que hace referencia "a la transición en la ermita de Atxispe, entre lo gótico y lo renacentista, siendo identificable por un arco apuntado cuyas dovelas aparecen decoradas con bolas y que corresponde al único ingreso al interior del templo". De igual modo, el autor también hace mención a una segunda, en la zona de cabecera, que correspondería a una ampliación construida en aparejo de mampostería por Juan de Duo en 1755. El mismo investigador señala la posibilidad de un templo primitivo anterior al gótico-renacentista. Para ello, se vale de una serie de evidencias: entalladuras y rebajes observados en la roca para encajar travesaños y postes de madera, y sobre todo, por la presencia, en las inmediaciones al templo, de dos sepulturas excavadas en la roca, con forma de bañera y presencia de reborde perimetral, lo que las sitúa cronológicamente, en torno a los siglos IX-XI.

Del mismo modo, entre 2016 y 2017 se desarrollaron dos campañas de actuaciones arqueológicas, a cargo del equipo formado por Román Rodríguez, Leandro Sánchez y Blanca Renedo, en el que se efectuaron "labores de desescombro y limpieza del interior del templo, así como una excavación arqueológica tanto en el espacio interior como en el exterior; además de labores de desbroce y limpieza extramuros con el fin de realizar la lectura de los muros de manera correcta sin impedimentos visuales". Por último, también se intervino en el espacio interior con un pequeño sondeo.