- Alberga a decenas de miles de visitantes, sea la época del año que sea. Y sea la jornada que sea. Pero, al igual que las calles de cualquier población, Gaztelugatxe y sus inmediaciones se han vaciado de personas durante las jornadas de confinamiento debido al coronavirus. Con Herri Babesa de Bermeo controlando la zona, Matxitxako y las pistas forestales de ese espacio, el cuerpo de voluntarios de Protección Civil ha detectado un incremento de personas que se acercan al enclave durante los fines de semana. "Es gente que se salta las medidas, y con las que en ocasiones andamos jugando al gato y al ratón", aseguran.

Herri Babesa, que custodia que nadie se acerque a Gaztelugatxe durante estos días en horario de 9.00 a 20.30 horas -tal y como estipularon desde la mesa de emergencias de Bermeo-, da incluso ejemplos de personas a las que han pillado en la zona.

"En el mirador de Gibele (antiguo horno de basuras), nos encontramos un vehículo con una pareja de jóvenes en el interior", desvelan. Se les informó de que no podían estar ahí, "y nos respondieron que le estaba enseñando las vistas a la chica, pero que se volvían", evidencian. En otro de los casos, fueron un joven y una persona mayor -sentada a su lado, lo que está prohibido- las que se saltaron la cuarentena. Tras salir a su encuentro, "y al llegar al mirador del tramo nuevo de la carretera BI-3101 y que está encima de San Juan, estaban parados en el mirador, y se les dijo que no podían estar por la normativa impuesta". Aunque a regañadientes, finalmente abandonaron el lugar.

En otros casos, "hemos detectado personas que pasean con sus perros o gente que se acerca a sacar fotos", apuntan. Esos incumplimientos, sin embargo, no llegan a mayores. "Estamos para avisar a la gente y de las consecuencias que conlleva", puntualizan, si bien aclaran que "son pocas personas las que se saltan la cuarentena".

Aunque no tienen capacidad de sancionar, Herri Babesa avisan a los que incumplen el confinamiento durante los fines de semana "de que no pueden estar en Gaztelugatxe". De hecho, han balizado la zona en Eneperi para cortar el paso. Pero, en ocasiones, quienes no cumplen con las directrices intentan burlar la vigilancia "y tenemos que andar jugando al gato y al ratón, hasta que finalmente se marchan", desvela Jon Ojanguren, responsable del cuerpo voluntario, que además de mantenerse vigilante en el enclave también sigue prestando su servicio en el resto del municipio. "Hemos bajado un poco la actividad, pero seguimos recibiendo avisos y saliendo allí donde se nos requiere. En ese sentido, estamos actuando como siempre", afirmó.