Tal día como ayer, 18 de junio, pero del año 2004, abría sus puertas al público la ferrería de El Pobal en Muskiz, una joya del patrimonio arquitectónico de la industria tradicional del hierro adquirida por la Diputación Foral de Bizkaia en la década de los 90 del pasado siglo y por la que ya han pasado cerca de 250.000 personas. Para celebrar esta efeméride, la ferrería llevó a cabo una jornada de puertas abiertas con visitas guiadas y demostraciones gratuitas por la mañana y visitas guiadas por la tarde en la que tomaron parte cerca de 60 personas a las que se les entregó un pequeño obsequio de recuerdo. “Este museo nace con unos objetivos que, modestamente, creo que hemos cumplido de manera satisfactoria”, señala la directora del centro, Marta Zabala.El conjunto ferro-molinero fue adquirido a la familia Pérez Ibarrondo tras lo cual la Diputación foral inició un largo proceso de estudios y excavaciones, de replanteamientos y de definición del propio espacio. “Lo hizo además en un panorama museístico de Bizkaia que pedía una ferrería como espacio de acercamiento a una industria siderúrgica tradicional, la más importante durante 5 siglos entre la edad media y la aparición de los hornos altos. Hasta entonces no había ninguna ferrería que pudiera visitarse en Bizkaia y ello suponía un hueco en la historia del territorio que había que cubrir, un deber con el patrimonio, con nuestro pasado siderúrgico y con la ciudadanía” resume Marta Zabala quien destaca que lo primero que supuso esta adquisición de la ferrería y el aledaño molino harinero “fue la preservación de un bien patrimonial que, de otra forma, posiblemente no conservaríamos”.

Un espacio industrial erigido a orillas del río Barbadún en la primera década del siglo XVI por el linaje de los Salazar propietarios del castillo Muñatones que también gestiona la ferrería. Tras la adecuación del espacio industrial y de su entorno próximo como la presa y el canal hidráulico se generó un espacio museístico único en Bizkaia al contar con la maquinaria original del complejo lo que permitió “explicar la propia instalación ferro-molinera ya que es un museo en sí mismo”. Para Zabala, el museo no es una “rara avis” ya que nace “en un contexto y en un entorno ferrón, con un río como el Barbadún que ha sido declarado -al igual que el río Lea- conjunto monumental por el número de restos de ferrerías que conserva, aunque sea parcialmente y que se sitúa a los pies del principal yacimiento de mineral de hierro del País vasco”.

Museo vivo

El centro de El Pobal tiene como principal encomienda difundir lo que ha sido la historia, el paisaje y la cultura del hierro en Bizkaia desde que se aplica la rueda hidráulica a este proceso de transformación hasta que irrumpe el horno alto a mediados del siglo XIX. “El Pobal convive con el horno alto, casi más que el propio horno, ya que la ferrería dejó de funcionar en 1965 por lo que su trayectoria llegó a una época contemporánea que permite que el museo no solo explique el pasado, sino que describe el paisaje del presente”, subraya Zabala.

Durante el primer año lo más importante era que con las visitas y las demostraciones del martillo pilón y la fragua se entendieran bien la relevancia del Museo y que los contenidos se adecuaran a los diferentes tipos de públicos que iban a visitarlo, desde escolares, público en general, expertos, gente del entorno o de fuera, y se aceptara la forma de mostrarlo y que el patrimonio no se viera afectado negativamente por el uso. “Por ello, el primer año fuimos muy cautos, haciendo las cosas por dosis pero teníamos muy claro que queríamos que fuera un museo vivo, que no se limitase a las visitas guiadas y demostraciones, sino que pensábamos en conferencias, encuentros en la fragua para abordar temas concretos relacionados con la historia del hierro para seguir siendo interesantes e innovadores”, plantea Zabala.

Una decisión por la que se han ido programando rutas, salidas, exposiciones, conferencias o ciclos que se complementaban con el trabajo en la propia fragua de la ferrería. Un ejemplo paradigmático de esta política fue la conferencia de Xabier Armendariz, investigador marítimo, sobre la contribución de las ferrerías a la construcción naval, que se completó con la fabricación de diversos elementos navales como anclas, arpones, herrajes, clavos o armas de mano. En otra ocasión, en las jornadas Del Bosque a la Ferrería se fabricó un hacha como las usadas para cortar la madera del entorno para fabricar el carbón vegetal que alimentaba la ferrería. l

l Diputación. En los años 90 del pasado siglo la Diputación Foral de Bizkaia adquirió a la familia Pérez Ibarrondo el complejo ferro-molinero de El Pobal que estuvo en funcionamiento hasta 1965 con la intención de crear un Museo del Hierro.

l Visitantes. Desde su apertura al público el 18 de junio de 2004, por El Pobal han pasado cerca de 250.000 personas en más de 13.000 visitas guiadas y cerca de 4.000 demostraciones del martillo pilón y la fragua, que se llevan a cabo los sábados.

l Museo vivo. Aunque el eje vertebral del museo siguen siendo las vistas guiadas y las demostraciones ferronas, el museo ha evolucionado hacia una oferta polivalente con el hierro como hilo conductor con rutas, salidas, exposiciones, conferencias, ciclos y espectáculos.

l Muñatones. Hoy arranca la campaña de verano del castillo Muñatones, que se prolongará hasta el 11 de septiembre con dos visitas guiadas los domingos por la mañana a las 10.30 y 12. 30 horas.