La primera lección les espera al entrar mientras toman el primer café de la mañana para afrontar la jornada con las pilas cargadas. En una mesa de la sala central recibe al alumnado un muestrario de objetos relacionados con las materias que aprenderán con una mezcla de teoría y práctica. Todavía faltan detalles en las estancias, pero las instalaciones del Basque Design Center de Güeñes han echado a rodar con un campus intensivo a modo de aperitivo del postgrado que se impartirá desde septiembre y hasta marzo.La exposición retrospectiva con creaciones de la diseñadora Mercedes de Miguel abrió al público el edificio del barrio Lasier de Güeñes, el que será el mayor espacio de investigación y formación en biodiseño del Estado, según la asociación para la promoción turística y económica Enkartur. Ha iniciado su camino con un curso intensivo ofrecido en alianza con la academia textil Fabricademy, con sede en Barcelona y Ámsterdam, y en colaboración con la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Güeñes. Han participado profesionales, estudiantes y emprendedores en su mayoría de la comarca, aunque también se han inscrito personas de otros municipios para estudiar tecnologías y biomateriales aplicados al diseño.

El programa de la semana pasada aunaba las lecciones teóricas en inglés y castellano a cargo de expertos de universidades e instituciones de referencia en Europa y salidas con la asociación Mutur Beltz o el Museo Balenciaga para alimentarse tanto de la tradición encartada como de la labor de los grandes maestros de la costura. Y es que “queremos trabajar con el entorno, empresas locales y economía circular”, afirma Adela Orcajada, la directora del BD Camp, aprovechando el saber textil del Museo Boinas La Encartada de Balmaseda o el talento de quienes confeccionan las creaciones para el concurso de vestidos de papel de Güeñes.

Las enseñanzas del Basque Design Center persiguen “eliminar la barrera entre arte y ciencia con una fórmula híbrida entre clases a través de Internet y en los laboratorios con los mejores expertos del mundo”. Encajar “la artesanía tradicional y cómo eso entronca con la tecnología aprovechando los dispositivos como impresoras en tres dimensiones para elaborar moldes, fabricar a demanda sin desperdicios o crear tu propio biomaterial para imprimir”. Por ejemplo, dentro del campus “hemos trabajado con tintes naturales”. Adela lleva veinte años viviendo entre Londres, donde “monté una biblioteca de materiales”, Madrid y América del Sur y su socia es de Estados Unidos. El campus también ha contado entre el profesorado con las argentinas Agustina Palazzo y Betiana Pavón, que realizaron una incursión en los dispositivos que se integran en las prendas “de cara al exterior con luces, etc. o introvertida, de forma que me hace reaccionar a mí”, diferenció la última.

El edificio cuenta con impresoras y escáneres en 3D especializados en cerámica y tejidos, bordadoras digitales y laboratorios de fabricación textil y digital, cultivo de organismos vivos, como cueros de celulosa bacteriana, micelio o bacterias y una biblioteca de materiales. Botones hechos de conchas de ostra, lámparas de plástico reciclado... “abren los ojos a conocimientos y sensaciones”.

En septiembre arrancará un postgrado que unirá educación, biología, tecnología y textiles en colaboración con la academia Fabricademy. “Proponemos soluciones a desafíos contemporáneos como el cambio climático, la fabricación de bajo consumo o la disminución de los recursos naturales”, resume Koldo Santiago, director de Enkartur.

“Queremos borrar la barrera entre arte y ciencia y trabajar con la economía circular”

Directora del BD Camp

“Los dispositivos en las prendas actúan de cara al exterior o para nosotros mismos”

Profesora del BD Camp

“Proponemos soluciones a desafíos contemporáneos, como el cambio climático”

Director de Enkartur