400 días transcurridos y los usuarios de la línea Santander-Bilbao, que atraviesa los municipios encartados de Karrantza, Artzentales, Zalla, Güeñes y Alonsotegi, reiteran su petición a Renfe de recuperar los servicios eliminados en pandemia tras constatar que el fin del estado de alarma "no llega" a estos trenes. Y es que, de momento, se mantiene solo un trayecto por servicio y día, lo que imposibilita que en los municipios rurales puedan ir y volver a Bilbao en una misma jornada sin transbordos. Personas mayores, en situación de vulnerabilidad y la juventud que debe instalarse en la ciudad para cursar estudios universitarios resultan perjudicados. En suma, quienes no conducen vehículo privado, denuncian.Desde la plataforma ciudadana de defensa del tren Santander-Bilbao reprochan que "no solo se está incumpliendo un contrato legal, sino que se ha dejado completamente abandonada a la población afectada, sin ningún tipo de información y con un desconocimiento total sobre el futuro de la línea". Parecen ser infructuosos "nuestros intentos por conseguir información a través de la propia empresa, el Ministerio de Transportes, los gobiernos autonómicos y el defensor del pueblo". La "única respuesta: que la oferta de frecuencias permitida equivale al 30-40% de la anterior a la pandemia y se ampliará gradualmente a medida que se vayan recuperando los índices de ocupación en los trenes". Sin embargo, creen que esa condición no puede cumplirse "en estas condiciones, ya que actualmente es imposible utilizar este transporte con normalidad". Tampoco ven viable recurrir a Bizkaibus, ya que "los autobuses no cubren toda la línea, alargan el tiempo de transporte entre treinta y sesenta minutos y generan muchas dificultades para la gente con problemas de movilidad, que viajan con bebés o mayores". Un año después de recortar viajes, "con la excusa de la pandemia, el gobierno español con el acuerdo tácito del Gobierno vasco y el de Cantabria ha decidido dejar abandonados" a los pasajeros, lamentan.

Más 7.100 firmas y quince plenos municipales respaldan la reivindicación de "inversiones en la línea que garanticen seguridad y puntualidad y respondan a las necesidades reales" de las personas residentes en Enkarterri y Asón, perteneciente a Cantabria. En ambas zonas, el tren se convierte en "esencial al ser utilizado en los desplazamientos cotidianos de sus habitantes hacia las ciudades o las localidades cabecera de comarca".

Frecuencias obligatorias

La disminución de frecuencias "incumple la regulación europea y estatal, que obliga a garantizar los servicios ferroviarios declarados como Obligación de Servicio Público, entre los que se encuentra la línea Santander-Bilbao", esgrimen. En concreto, quebrantaría el acuerdo firmado en diciembre de 2018 por el ministro José Luis Ábalos Meco y la empresa pública Renfe Viajeros, en el que se determinan las condiciones para la prestación de los servicios ferroviarios sujetos a obligaciones de servicio público para el periodo comprendido entre los años 2018 y-2027, precisan.

El documento "estipula las frecuencias mínimas: 57 circulaciones a la semana, entre las que se cuentan al menos tres trenes diarios Bilbao-Santander y Santander-Bilbao, a los que se suman entre semana dos más entre Santander-Marrón y otro Karrantza-Bilbao".

7.100

La plataforma ciudadana de defensa del tren Santander-Bilbao ha recabado más de 7.100 firmas y la adhesión de los plenos de quince ayuntamientos en su lucha por recuperar las frecuencias suprimidas en pandemia. Hace más de 400 días que los usuarios de esta línea que discurre por Enkarterri y Cantabria disponen tan solo de un trayecto por día y sentido, lo que impide, por ejemplo, los viajes entre Karrantza y la capital vizcaina en la misma jornada.