"Bien, mentalizado y con muchas ganas", Ander Arteagabeitia vislumbra en el horizonte su vuelta a Sopuerta, según cuenta su prima Nerea. El joven que quedó tetrapléjico en verano tras caerse a una piscina permanece en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo muy pendiente de las obras que se desarrollan desde hace un mes para adaptar su casa a su nueva situación. El llamamiento lanzado por su familia y amigos desde las redes sociales en enero a través de una recaudación de fondos solidaria aún abierta en la plataforma GoFundMe ha desbordado todas las previsiones que manejaban.

El alta de Ander estará condicionada a la marcha de los trabajos para que pueda desenvolverse con comodidad en su hogar en la silla de ruedas. Su prima, Nerea Arteagabeitia, explica que hay mucho por hacer: "Habitación, sala, cuarto de baño, ensanchar todas las puertas, mejorar el acceso...". "Hasta que acaben las actuaciones no podrá venir, así que aún no sabemos la fecha exacta", añade.

En todo caso, tanto él como sus allegados están esperanzados y con ganas de agradecer el inmenso cariño brindado por los vecinos desde que el accidente de Ander trascendió en la localidad.

El 25 de julio varios amigos se reunieron para disfrutar del día de Santiago en cuadrilla. Ander, que antes de la pandemia planeaba mudarse a Australia, había vuelto a Sopuerta para acompañar a su madre al estallar la pandemia. La jornada transcurría entre risas en el barrio de Bezi hasta que de repente se percataron de que Ander se había caído a la piscina. Nadie vio lo sucedido. Sospechan que "debió resbalar y dio con la cabeza en el fondo", recordaba su prima. Al principio les pareció que flotaba y pensaron incluso que les estaba gastando una broma, pero pronto supieron que no era así, por desgracia. Le sacaron del agua inconsciente y al despertar el propio Ander intuyó la gravedad de su lesión. "Me he dado un mal golpe y me he quedado tetrapléjico", les susurró.

Tres días más tarde era operado de urgencia en una operación que se prolongó más de nueve horas de la que advirtieron a la familia que podría no salir con vida. Que nunca pudiera levantarse de la cama fue otro de los escenarios que los médicos pusieron sobre la mesa "porque la lesión de las cervicales está muy alta". Al día siguiente ya se sentó en la silla de ruedas haciendo gala de una fuerza de voluntad que asombran a su entorno. Ni siquiera contagiarse de coronavirus en su larga convalecencia en la UCI ni celebrar allí su 27 cumpleaños mermó su espíritu de superación. Enseguida se interesó por opciones de tratamiento y su familia peleó por el traslado al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, donde sigue ingresado. Desde el principio "dijo que se encontraba fenomenal y muy feliz, que la vida le había dado otra oportunidad porque podía haberse ahogado o postrado", reproducía su prima.

Mientras Ander se daba lo mejor de sí en las sesiones de recuperación su familia se planteó cómo cambiaría su rutina en el futuro y cómo facilitarle los desplazamientos en el domicilio. Y es que la silla de ruedas no entraba por la puerta ni podía subir por las escaleras y su habitación se ubicaba en la planta superior, además de que el baño carecía de accesibilidad y la puerta de entrada tenía un peldaño en la entrada. La magnitud de las reformas resultaba inabarcable, pero tampoco querían que se viera frustrado por las barreras arquitectónicas.

92.700 euros recaudados

Fue en ese momento cuando junto con sus amigos recurrieron a las redes sociales para solicitar ayuda por medio de un reto en GoFundMe. La solidaridad se desató al instante y la historia de superación de Ander emocionó en todo el Estado. Se habían fijado un tope de 15.000 euros convencidos de que estaban realizando una estimación demasiado optimista. Para su sorpresa, solo en la primera semana ya habían superado los 84.000. El martes la cifra sobrepasaba los 92.700. "Cuando entramos a la plataforma y observamos lo que van creciendo las donaciones todavía no terminamos de creerlo", confiesa Nerea Arteagabeitia.

Desde los lugares más diversos "hemos recibido correos electrónicos para ofrecer ayuda y ánimos a mi primo", lo que agradecen de corazón. Desprende "algo especial en su mirada y su sonrisa" y el talante con el que define lo que le ha ocurrido como un pequeño bache. "Nos ha dado tal lección de vida que ha calado hondo", cuentan desde el centro San Viator de Sopuerta. Por eso, su alumnado quiere "colaborar" plasmando el logo de una silla de ruedas que Ander ha hecho famoso en el popular juego Harriak

Agrupaciones y equipos adaptados también trasladan todo su apoyo. Canterano del Athletic, Ander practicaba otras disciplinas junto con el fútbol. Ahora no está dispuesto a renunciar al deporte. Ya ha expresado a los suyos que va a esforzarse por competir en unos Juegos Paralímpicos y le gustaría volcar su experiencia en servir de ayuda a otras personas que estén viviendo lo mismo.

Lo hará desde Sopuerta ya asentado en su renovado hogar manteniendo la ilusión en los momentos más difíciles.